Kidman, que llegó acompañada por su marido Keith Urban, fue la gran estrella de la noche en la que se presentaba “The Killing of a Sacred Deer”, la película con la que el griego Yorgos Lanthimos compite por la Palma de Oro del festival.
La actriz australiana, que acaparó los flashes con vestido de falda blanca y cuerpo negro, altísimos tacones y espectacular pulsera de brillantes, posó con todo el equipo del filme, entre los que se encontraba Colin Farrell, que no había participado en la presentación previa a la prensa.
Mientras, su marido se retiraba discretamente y pasaba veloz por la alfombra, por la que desfilaron los equipos de tres películas, que se fueron cediendo el turno como si se tratara de una carrera de relevos. El primer equipo en pasar fue el encabezado por Al Gore, que presentaba el documental “An Inconvenient Sequel: Truth to Power”, diez años después de haber estrenado también en Cannes “An Inconvenient Truth”.
Acompañado por los directores del documental, Bonni Cohen y Jon Shenk, Gore pasó sonriente por la alfombra roja mientras esperaban su turno para desfilar invitados como Kristin Scott Thomas, Jean Paul Gaultier, Andie McDowell o Eva Longoria. También los mexicanos Alejandro González Iñárritu y Emmanuel Lubezki, que muestran en Cannes su instalación de realidad virtual “Carne y arena”.
El tercer gran desfile de la noche fue el dedicado al director francés André Téchiné, al que Cannes rinde homenaje en el marco de las celebración del 70 aniversario del festival. Para ello congregó a varias de las actrices que han rodado a sus órdenes. Entre ellas, Catherine Deneuve, Juliette Binoche, Isabelle Huppert o Emmanuelle Beart, que acompañaron al veterano realizador en su subida de las escaleras del Palacio de Festivales.