Música, atracos y velocidad en “Baby Driver”, de Edgar Wright

Experto en fusionar géneros, el director de “Shaun of the Dead” y “The World's End”, el británico Edgar Wright, riza el rizo en “Baby Driver”, una cinta de acción, musical, con toques de comedia, romance y muchas persecuciones en coche.

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“Intento que ver la película sea toda una experiencia y busco embarcar al espectador en una aventura total”, señaló hoy a Efe Wright, durante la presentación en Madrid de una película que se estrena la próxima semana en Estados Unidos y que llegará en julio a las salas latinoamericanas.

Le acompañaban su protagonista, Ansel Elgort, un James Dean moderno que se dio a conocer gracias a la adaptación de la novela de John Greene Bajo la misma estrella, y la actriz mexicana Eiza González.

Kevin Spacey como capo criminal, Jon Hamm (el Don Draper de Mad Men), Jamie Foxx y Lily James completan el reparto del filme, que gira en torno a un conductor implacable con cara inocente que se dedica a ayudar a escapar a los asaltantes después de los atracos.

Sus rutas están diseñadas al ritmo de las canciones de su iPod, lo que convierte el filme en una gran coreografía. “Tuve la idea a los 21 años, cuando escuché la canción que abre la película - Bellbottoms de Jon Spencer Blues Explosion-. Imaginé esa persecución y luego surgió el personaje, Baby”, explicó el director.

Justo antes de este trabajo, Wright se había apeado de la dirección de Ant-Man por diferencias creativas irreconciliables con el estudio, aunque esta vez se muestra satisfecho de haber podido mantener su voz.

“Sentí que por fin era el momento y que tenía la confianza suficiente para hacer algo de esta escala”, señala.

Baby Driver está diseñada, fotograma a fotograma, en función de la música. Suenan desde Beach Boys a Dave Brubeck, The Commodores o T. Rex. Los actores recibieron el guion acompañado de una lista de canciones para cada secuencia y las rodaron escuchando la canción correspondiente y estudiando cada movimiento.

“Rodamos las escenas coreografiadas con la música, de modo que no fue tanto un reto de montaje como de rodaje”, asegura Wright.

La pasión por la música es algo que el director tiene en común con algunos de sus actores. Tanto Elgort como González son cantantes, y Elgort está trabajando en un álbum que tiene previsto lanzar este año.

“Sin duda, mi faceta musical ayudó”, explica el joven actor, de 23 años. Su personaje, Baby, la utiliza para evitar un constante pitido en los oídos que padece desde que tuvo un traumático accidente de pequeño, pero también para distanciarse de lo que ocurre a su alrededor.

“Él no se siente un criminal, y la música y las gafas de sol le ayudan a creer que se mantiene al margen de lo que hacen los demás”, explica, mientras que Wright va más allá: “La música es su burbuja, pero la clave de la película es precisamente que no puede mantener eso; en algún punto es como que la burbuja va a estallar”.

Baby Driver es, en cierta manera, una alternativa sofisticada a películas como las de la saga Rápido y Furioso, con ecos de Bonnie & Clyde.

“Edgar siempre ha sido un maestro en mezclar ingredientes”, opina González, “pero creo que esta es su obra maestra; hay comedia, romance, acción, coches y música, que es el personaje principal”.

“No es fácil hacer eso, mantener el equilibrio y por encima de todo eso, tener unos personajes originales”, añadió la actriz mexicana.

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