“Magnífico, muy romántico, es la primera vez que lloro viendo escenas de sexo”, dijo a la salida un joven espectador de esmoquin y moño.
“Una porquería, vimos la peor película del festival, aburrida y sin historia”, dijo otro, del brazo de una chica, a la salida de Love, presentada fuera de competencia en la “Sesión de Medianoche”, reservada a las películas del festival que se salen de los caminos más trillados.
El realizador argentino de 51 años había causado un escándalo en Cannes con su filme Irreversible en 2002 por su contenido ultraviolento, especialmente una larga escena de violación, pero esta vez la reacción fue más bien de indiferencia.
“Ni siquiera es una porno”, deploró uno de los espectadores que colmaron la sala del Gran Teatro Lumière, quien lamentó que, si bien había sexo explícito incluyendo eyaculaciones, la cámara fuese más tímida a la hora de mostrar el sexo femenino.
¿Es relevante mostrar en 2015 sexo en la pantalla grande en el marco de una película no catalogada como pornográfica y en una época en que cualquiera ve porno por internet en casa? Algunos abandonaron la sala antes del final, pero la gran mayoría se quedó hasta que terminó el filme de más de dos horas, pasadas las tres de la mañana.
La película cuenta una historia de amor de una pareja en Francia, relatada a través de los recuerdos de un hombre. Varias horas antes del estreno, hubo gente amontonada a la entrada del festival con la esperanza de conseguir invitaciones para la función, pero muchos quedaron afuera.
Los afiches de la película difundidos de antemano en las redes sociales contribuyeron a generar interés por el filme, mostrando húmedas lenguas entrelazadas y un pene aún en erección cubierto de semen.
“Durante años, soñé con hacer una película que reprodujese la pasión de una pareja enamorada, en todos sus excesos físicos y emocionales”, dijo el director argentino radicado en París. Según Noé, su intención era traspasar “la ridícula división según la cual las películas normales no pueden contener escenas abiertamente eróticas, a pesar de que a todo el mundo le gusta hacer el amor”.
Y para dar aún más presencia a sus escenas explícitas, el realizador recurrió a la técnica en tres dimensiones.
“Pensé que el 3D daría al espectador un mayor sentido de identificación con el personaje principal y su estado nostálgico”, explicó Noé.
No es la primera vez que el argentino trae vientos de provocación a Cannes. En 2002, Irreversible terminó con el despliegue de ambulancias frente al palacio del festival para atender a espectadores conmocionados por una penosa escena de violación interminable y ultraviolenta. Unas 250 personas abandonaron la sala donde se proyectó el filme, protagonizado por Monica Bellucci y Vincent Cassel.
“Más que en mis filmes anteriores, le debo el resultado de éste a la audacia y la confianza de los actores que aceptaron alegremente hacer los tres papeles principales”. “De todas mis películas, ésta es la más cercana a lo que pude conocer de la vida y también la más melancólica”, aseguró.
Love ya vendió derechos de distribución en Estados Unidos, aunque se desconoce si la película será censurada. “Haremos todo lo posible para proteger esta obra maestra”, dijo Brooke Forde, de la distribuidora norteamericana Alchemy.