“Marco Polo”, entre oriente y occidente, a por su segunda entrega en Netflix

Países tan dispares como Mongolia, Estados Unidos, Italia y China, sumado a historia, política y sabiduría oriental dan como resultado “Marco Polo”.

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En esa mezcla reside el éxito de la serie de Netflix, dicen a Efe sus protagonistas, Lorenzo Richelmy y su maestro Tom Wu.

Tras una primera temporada exitosa en Europa, la plataforma de televisión digital llevó al italiano y a su compañero, nacido en Hong Kong y crecido en Londres, a Buenos Aires para promocionar la segunda entrega, que se estrenará el 1 de julio, junto a compañeros de otras marcas que han hecho grande a Netflix: House of Cards o Orange is the new black.

Pese a los focos y los tiempos cronometrados, Richelmy es el único de los actores del evento que saluda a cada periodista con dos besos, así que, en los pasillos, uno de los comentarios más escuchados es “se nota que es italiano”.

A su lado, Tom Wu parece tan sobrio como su personaje, el monje taoísta ciego “Hundred Eyes”, encargado de entrenar a Marco Polo. “Tengo experiencia de artes marciales pero el personaje es tan sosegado que tuve que hacer mucho tai-chi para conseguir esa sensación. También trabaja mucho con las energías internas y el tai-chi es la mejor forma de artes marciales para eso”, explicó a Efe.

La preparación del papel fue algo más complicado para Richelmy, ya que prácticamente tuvo que recorrer el mismo camino que su personaje: en un mundo extraño, inmerso en una cultura ajena, aprendió a ser un guerrero.

“Yo hice lo que se puede ver en la serie. Tuve que aprender todo, desde inglés hasta tiro con arco... Fue una especie de preparación humana porque no estaba preparado. Nadie está preparado para meterse en medio de esa locura, de esa serie loca que es Marco Polo”, contó también a Efe.

Meterse en la piel de Marco Polo supuso también para el italiano conocer al personaje histórico, del cual Richelmy admite que no sabía mucho antes de aterrizar en el proyecto. “No es muy estudiado. Uno diría que es un mercader... Bueno, hoy sé que es de todo menos un mercader. Es un hombre que se va y que está ahí durante 20 años sin traerse nada. ¿Cómo puede ser un mercader?”, apuntó.

Por eso, entre espadas, entrenamientos en artes marciales, caballos y líneas de guión por aprender, los actores también se rodearon de libros “para estudiar y entender la cultura” mongola el siglo XIII y características de la Corte de los descendientes de Gengis Kan.

“Luego teníamos gente allí para aconsejarnos y decirnos 'no puedes hacer eso', 'no puedes hacer ese gesto' porque es moderno... Fue un largo proceso para el que tuvimos que estudiar mucho”, compartió el actor. Pero a pesar de tener mucho que estudiar, rodar sigue siendo divertido, “un sueño hecho realidad”, agregó Wu.

Para la segunda temporada, los actores mantienen la incógnita pero aseguran que los seguidores “van a tener lo que quieren ver”.

“Diría que la gente va a ver la temporada dos y encontrar lo que pensaban que le faltaba a la temporada 1 o lo que les gustaría ver en la temporada 2. Les encantará”, confió Richelmy. Lo que sí prometen es que la serie continuará fiel a sus señas de identidad: acción, intriga, espectacularidad y una ventana a un momento histórico poco recorrido por los ojos occidentales.

Algo así no sería posible fuera de Netflix, opinan.

“Hay que ver diferentes cosas: es una serie americana sin actores americanos, hablamos sobre la cultura del este y focalizados en el este... Eso es algo nuevo. Todo es posible pero diría que Netflix es la mejor base para hacer Marco Polo ahora, que esta unión es perfecta y no diría que podría se mejor desde otra posición”, concluyó el protagonista.

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