La producción de series de ficción turcas, son un éxito de audiencias en Europa, en Medio Oriente y también en América Latina y en Estados Unidos, pero las condiciones en los rodajes preocupan a los trabajadores.
Las jornadas de grabación llegan a extenderse entre 15 y 18 horas al día, en desmedro de la vida personal de los trabajadores, pero además también suponen un riesgo para su salud e incluso para sus vidas.
“El peor día trabajé en el rodaje durante 27 horas”, dijo a la AFP la joven actriz turca Elif Nur Kerkuk. “Era como volver a la esclavitud”, contó la intérprete que recuerda que después de 24 horas de grabar escenas en el centro de Turquía, todo el equipo subió a un bus para volver a Estambul para otro día de trabajo, sin tener tiempo ni de dormir ni de prepararse.
Kerkuk afirmó que llegó a preguntarse sobre el sentido de todo ese esfuerzo. “¿Así va a ser mi vida?”, evocó, aunque afirma que se quedó porque le encanta su trabajo.
Tras una serie de accidentes fatales, surgieron varios sindicatos y los actores se unieron para organizar un movimiento en toda la industria de las telenovelas, con el objetivo de presionar a las empresas y al gobierno para mejorar las condiciones.
El año pasado, Selin Erden, un asistente de video de 26 años murió cuando un chofer del equipo, muy cansado por la falta de sueño lo atropelló, mientras que en septiembre de 2014 otro trabajador murió de un ataque al corazón tras sumar 45 horas de trabajo en sólo tres días.
“Todo lo que tu madre te dijo sobre lo que no tenías que hacer, en esta industria hay que olvidarlo y tirarlo por la ventana”, contó Tilbe Saran, una actriz que también es la secretaria general del Sindicato de Actores turcos.
“Sólo en países del tercer mundo la gente trabaja así. Pero ésta es la forma turca de hacer las cosas: sin supervisión, sin medidas de seguridad, sin respeto por la vida”, afirmó Saran.
En enero, el ministro de Trabajo admitió que los lugares de rodaje eran “peligrosos”, después de que varios trabajadores del sector, incluyendo a conocidos actores protestaran en las calles.
Tras esta movilización, los emplazamientos han sido inspeccionados de forma regular, pero muchos trabajadores son empleados como autónomos, lo que implica que las productoras no asumen sus responsabilidades en caso de accidente.
Según un informe de 2014 de la consultora Deloitte sobre el sector, las telenovelas turcas tienen una audiencia de 400 millones de personas en 75 países. Uno de los problemas que identifican los trabajadores es que se extiende la duración de los episodios para maximizar los beneficios.
“Es un círculo vicioso: mientras más popular se vuelve una telenovela en Turquía y en el extranjero, más se extiende la duración de los episodios por motivos comerciales”, explicó Zafer Ayden, director del Sindicato de Trabajadores del Cine en Turquía.
El representante dijo además que mucho del dinero que ganan los dueños del negocio está manchado con sangre.
El año pasado, varios actores de TV, incluyendo Kenan Imirzalioglu, una estrella local, fueron detenidos en Estambul por tenencia de drogas. Muchos afirmaron que su consumo se debía a los agotadores horarios.
El mes pasado Imirzalioglu anunció que tras terminar el rodaje de “Karadayi” , uno de los programas que más tiempo ha estado en pantalla en Turquía, no va a seguir en televisión hasta que las condiciones de trabajo no mejoren.
Por su parte Altan Donmez, director de la conocida serie “Seref Meselesi” , admitió que muchas veces ha sometido a sus equipos a jornadas extenuantes.
“Esto se debe a que no podemos filmar los episodios por adelantado por el miedo a que cancelen (el programa). Para producir un episodio de 140 minutos, tenemos que trabajar 16 horas al día, seis días a la semana”, afirmó Donmez.
Para el director, el problema es que los canales quieren extender la duración de los episodios para introducir publicidad. “Tenemos que pedir un trato humano para seres humanos” , concluyó.