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Uno de los principales pasatiempos de la internet en los últimos días del año es la elaboración de listas recordando lo “mejor” o lo “peor” del año en distintos campos. Como lo mío es el cine, decidí preparar una lista con las películas estrenadas este año en Paraguay que, en mi opinión, fueron las más destacadas.
Las películas tenidas en cuenta fueron todas las estrenadas en cines locales desde el primer viernes del año hasta el último que tuve oportunidad de ver; de ahí la ausencia de filmes como “Una Aventura Extaordinaria” o “Lo Imposible” y la presencia de algunas películas originalmente estrenadas a nivel internacional en 2012. Las películas están listadas por orden de estreno, y las películas aquí listadas no son de ninguna manera las únicas que considero buenas del año, sino que son las que más impactaron en mí.
Una de las primeras películas en llegar a cines de Paraguay este año es también en mi opinión una de las mejores. Estamos en medio de lo que es una especie de renacimiento para Disney como potencia artística en el cine animado, tras un período que abarcó la mayor parte de la década pasada y en el que la casa de Mickey Mouse produjo filmes más bien olvidables; las películas de Pixar no cuentan ya que ese estudio hasta hace poco era simplemente un socio separado de Disney.
Tras la excelente “Enredados” y la también muy buena “Winnie the Pooh”, Disney estrenó este año un filme de aventuras que era al mismo tiempo una emocionante historia humana sobre discriminación y amistad, una colorida seguidilla de creativas escenas de acción y una sentida carta de amor a los videojuegos; es una película entretenida tanto para los más pequeños como para aquellos con suficiente edad y conocimiento de videojuegos para saber quién es Q*Bert. Y personalmente me sigue siendo difícil ver esos créditos finales sin un nudo en la garganta.
Una película que es seis películas, de seis géneros y con elencos de personajes casi totalmente distintos, pero interpretados por un mismo grupo de actores que entre historias cambian de raza o hasta de sexo. Sólo por lo atrevido y único de su planteamiento, la película de los hermanos Wachowski y Tom Tykwer es digna de mención.
Pero “Cloud Atlas” es más que un loco experimento, es una película fantástica capaz de apelar a casi todo el espectro de las emociones, ofreciendo comedia y drama, acción y suspenso, uno de los escapes más hilarantes y una de las historias de amor más fuertes del año, junto a impresionantes secuencias de efectos visuales y una hermosa banda sonora. Ver a Tom Hanks pasar de ser un bruto matón británico a dar una de las mejores interpretaciones de su carrera como un isleño post-apocalíptico es un goce, como lo es ver la forma brillante en que los tres directores entrelazan sus relatos a través de un brillante trabajo de edición que separa y une las historias al mismo tiempo.
El aclamado director y enciclopedia andante del cine Quentin Tarantino puso su característico toque al género “western” con “Django sin Cadenas”, en el que Jamie Foxx interpreta a un esclavo rescatado por un cazarrecompensas alemán con quien intenta rescatar a su esposa de las garras de un cruel dueño de plantación.
El vibrante diálogo característico de Tarantino vuelve a traernos tensos duelos verbales puntuados por impresionantes explosiones de acción, incluyendo uno de los tiroteos más sangrientos y mejor filmados de los últimos tiempos. Pero donde el filme brilla es en las actuaciones, con el siempre genial Christoph Waltz destacándose como el cazarrecompensas alemán Schulz, y Leonardo DiCaprio dando un aire de aterradora psicosis al terrateniene Calvin Candie.
Una acuciante falta de explosiones y superhéroes en sus dos horas de metraje hizo que “Amour” no durara más de una semana en su fugaz paso por la cartelera paraguaya, apenas superando las 360 entradas vendidas. Sin embargo, “Amour” es una historia de amor -valga la redundancia- única y honesta como pocas, que contempla el tema a través del prisma de la mortalidad de una forma que uno solo podría esperar de un cineasta como el austríaco Michael Haneke.
Es un filme para reflexionar. Para eso y para admirar las increíbles actuaciones de Jean Louis Trintignant y Emmanuelle Riva como la pareja protagonista. Es por momentos incómoda e increíblemente triste, y no hay un “felices para siempre”, pero es una experiencia cinematográfica inolvidable.
Para su debut hollywoodense del aclamado cineasta coreano Chan-wook Park, realizador de filmes como “Oldboy”, no podía haber elegido un mejor proyecto que “Lazos Perversos”, una historia retorcida y perturbadora de suspenso que le quedó como un guante.
Con un trío protagonista que componen una inspirada Mia Wasikowska, una frágil Nicole Kidman y un sutilmente inquietante Matthew Goode, Park presenta un filme visualmente hermoso -en una forma que al mismo tiempo hipnotiza y horroriza- sobre la retorcida transición de adolescente a mujer de su protagonista, con las dosis de sangre y sexualidad que son de esperarse de ese director.
Para cuando “Los Vengadores” había terminado, Tony Stark (Robert Downey Jr.) había detenido la invasión de un ejército alienígena comandado por un ser de la mitología escandinava, lo que dejaba al equipo creativo detrás de “Iron Man 3” en la incómoda posición de tener que encontrar una amenaza que pudiera ser creíble para un hombre que literalmente salvó el mundo.
En un testimonio al ingenio del talento que Marvel conjuró para escribir su historia, la decisión fue no volver las cosas más épicas y poner a Stark ante amenazas de mayor magnitud, sino hacer lo contrario y devolver al personaje a sus raíces, quitándole su todopoderosa armadura durante gran parte del filme y obligándolo -y al mismo tiempo obligándose a sí mismo el guionista y director Shane Black- a valerse de poco más que su propio ingenio. Como resultado “Iron Man 3” es un filme único, más personal aunque aún enormemente entretenido y cargado de impresionantes momentos como el rescate en caída libre. Y, por supuesto, está esa sorpresa a la mitad de la película, que aunque a muchos disgustó creo que merece aplausos simplemente por lograr ser una total sorpresa en una era en la que todo se filtra en internet.
La absoluta mayoría de los filmes del siempre popular género del terror que llegaron en los últimos tiempos eran películas que sustituían el verdadero suspenso y miedo de lo desconocido por más sangre y sustos de “saltos” en los que la música explota en estridencia cuando algo aparece repentinamente. Sin embargo, este año el director James Wan estrenó “El Conjuro” para recordarnos la diferencia entre hacer saltar al público con ruido y verdadera y genuinamente asustarlo.
La historia supuestamente real de un caso de posesión demoníaca en Estados Unidos en los años '70 es el lienzo en el que Wan pinta su obra maestra de miedo. Cada susto se toma su tiempo, alarga la espera hasta que se hace casi insoportable, y luego llega no con una explosión de ruido musical, sino con la sutileza de un par de manos lentamente saliendo de un armario, o una fantasmal aparición un espejo. Es el tipo de película que se queda con uno cuando ya dejó la sala, y lo hace dudar por unos segundos antes de apagar la luz para irse a dormir.
Robots gigantes contra monstruos. Una premisa que podría originarse de una sesión de juegos de cualquier niño con la imaginación activa y un par de muñecos. Y así es como me imagino al director mexicano Guillermo del Toro, como un niño crecido compartiendo con el mundo una sesión de juego, en la que sus juguetes son millones de dólares en presupuesto y cientos de personas entre actores y equipo de producción.
Con un argumento ridículamente simple y personajes tan unidimensionales que tiene que tratarse de algo intencional, “Titanes del Pacífico” es una oda al cine japonés de monstruos y al anime, un relato de heroísmo y determinación refrescantemente carente del cinismo y la “oscuridad” predominante en ciertas superproducciones recientes y una cátedra en el simple y puro espectáculo visual, con algunas de las secuencias de acción más vistosas de los últimos años elevadas por el nivel de atención al detalle casi enfermizo que del Toro da no solo a sus criaturas y robots, sino a todo el mundo que habitan.
Pocos filmes contestan la pregunta de por qué vamos al cine de manera tan completa y contundente como “Gravedad”. La superproducción del mexicano Alfonso Cuarón es una historia humana de supervivencia llevada a su extremo lógico, con una poderosa actuación protagonista de Sandra Bullock y un uso de efectos especiales simplemente perfecto.
El argumento, sobre un accidente en el espacio que deja a unos astronautas a la deriva, buscando desesperadamente la forma de volver a la Tierra, resulta ser el medio perfecto para el estilo de Cuarón, quien presenta una saludable cantidad de tomas largas sin cortes -la escena que da inicio al filme es sostenida durante unos impresionantes 13 minutos-, con la cámara moviéndose ágil para mostrarnos la inmensidad del espacio y luego cerrarse en el rostro desesperado de Bullock para hacernos sentir en carne propia la claustrofobia de estar atrapados en un traje en el medio de la nada más absoluta imaginable.
Los anteriores filmes en esta lista son películas para las cuales ya tenía altas expectativas. “Cuestión de Tiempo”, sin embargo, pasó bajo mi radar hasta poco antes de su estreno, y se convirtió en una de mis grandes sorpresas de 2013.
Confíe en los tráilers y comenzará la película esperando una comedia romántica sobre un joven que usa sus poderes de viajar en el tiempo para conquistar mujeres, simplemente una comedia romántica más con un giro de viaje en el tiempo. La película de Richard Curtis es eso por momentos, pero también es mucho, mucho más. No digo más porque aprecio el valor de las sorpresas, así que simplemente le recomiendo que, si no la ha visto aún, corrija eso cuanto antes.
Las películas en la lista que sigue no tuvieron en mí el impacto que las diez arriba mencionadas lograron causar, pero también constituyeron fantásticas experiencias en las salas de cine y deberían ser vistas lo antes posible. Muchas de estas películas estuvieron en versiones previas de mi “top 10”. De nuevo en orden de estreno:
Lincoln: En vez de la sentimental biografía de Abraham Lincoln que aparentaba ser, este filme de Steven Spielberg resultó ser un emocionante thriller político casi parecido a películas como “La Gran Estafa”. Daniel Day Lewis, lógicamente, es soberbio como Lincoln.
Mátalos Suavemente (Killing Them Softly): Un violento pero efectivo thriller de mafiosos que usa de forma brillante la crisis económica de 2008 como trasfondo y paralelo de su argumento sobre un fatídico robo que amenaza con desestabilizar la economía mafiosa de una ciudad.
La Noche más Oscura (Zero Dark Thirty): La historia de la cacería y muerte de Osama Bin Laden es contada sin guardarse nada, mostrando los aspectos más oscuros de la sangrienta búsqueda y culminando en una expertamente filmada recreación del asalto a la residencia donde se ocultaba el líder terrorista. Jessica Chastain brilla como la agente de la CIA protagonista.
Oz el Poderoso (Oz the Great and Powerful): La película que “Alicia en el País de la Maravilla” de Tim Burton debió haber sido. Ingeniosa, visualmente atractiva, con un impresionante elenco protagonista y un Sam Raimi en la dirección que hace suyo de manera inconfundible el material con el que trabaja.
Posesión Infernal (Evil Dead): Lo que parecía una “remake” más de un clásico de terror acabó convirtiéndose en un éxito por derecho propio, con el director uruguayo Fede Álvarez trayendo una versión del clásico de Sam Raimi que es horriblemente violenta y trastornadamente creativa.
Rápidos y Furiosos 6 (Furious 6): En sus últimas entregas la saga “Rápido y Furioso” dejó de tomarse totalmente en serio, y con eso salió ganando. La sexta entrega estrenada este año tiene algunas de las secuencias de acción más impresionantes del año, filmadas con confianza por el director Justin Lin.
Monsters University: La dosis anual de Pixar que recibimos fue una emocionante nueva visita al universo de “Monsters Inc.” que logra dar más profundad a sus personajes y al mundo en sí, y cuenta con un clímax que está entre lo mejor de la trayectoria del estudio.
Mi Villano Favorito 2 (Despicable Me 2): Simplemente uno de los filmes más divertidos del año. Pocas películas logran generar tantas risas con tanta frecuencia como esta nueva aventura de Gru y sus “minions”.
Cacería Macabra (You're Next): Un thriller de terror con un giro que lo separa del resto y lo convierte en algo único y satisfactorio, impulsado por una de las mejores heroínas del cine de este año.
Rush: El director Ron Howard demuestra su buen ojo para la acción filmando tensas y espectaculares secuencias de carrera mientras relata la rivalidad entre los pilotos de Fórmula 1 James Hunt y Niki Lauda, brillantemente interpretados por Chris Hemsworth y Daniel Brühl, respectivamente.
Los Juegos del Hambre: En Llamas (The Hunger Hames: Catching Fire): La continuación de la adaptación de las novelas de Suzanne Collins hizo todo lo que tenía que hacer para terminar de dar vida al mundo de Katniss Everdeen y sus personajes, elevando la saga a estatus de imperdible.
Blue Jasmine: Woody Allen regresa con un excelente relato centrado en la figura de una mujer que lo pierde todo, en un sentido más allá de lo material, con una intachable Cate Blanchett dando una interpretación de antología.