Kore-eda: Me pensaré dirigir series para internet cuando muera el cine

El cineasta nipón Hirokazu Kore-eda, flamante ganador del Premio Donostia, descarta dirigir series u otros formatos audiovisuales en internet ''hasta que no muera el cine”, a pesar de las propuestas que ha recibido, según dice en una entrevista a Efe.

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Kore-eda, quien se encuentra en Francia inmerso en la preproducción de su primera película rodada fuera de Japón, se declara un amante del cine en su formato clásico, aunque también confiesa que una de sus pasiones es ver telenovelas niponas. ''Me ofrecen muchos proyectos para hacer series para internet y, aunque creo que es un formato con muchas posibilidades, no me interesa. Es que me encanta el cine... Ya me lo pensaré el día que desaparezca”, afirma el director en una entrevista por videconferencia.

Kore-eda (Tokio, 1962) se encuentra en París preparando el rodaje de ''La Verité'' y asistirá a San Sebastián para recoger el próximo domingo el Premio Donostia, máximo reconocimiento del primer festival de cine internacional de España.

El cineasta nipón es el primer asiático en recibir este galardón a la trayectoria de un Festival del que es habitual, y que en su 66 edición proyectará su filme vencedor de Cannes, ''Shoplifters”. ''Este premio me hace sentir más mayor de lo que soy. Mi carrera no ha sido todavía tan larga como para recibirlo”, dice con humor y característica modestia nipona el realizador, quien también afirma que le ''encanta'' el festival de San Sebastián ''y dice estar'' muy contento de tener una excusa para volver”.

Su laureada última película hasta la fecha gira en torno a la familia, un tema presente en la mayoría de sus filmes y que le sirve ''como material para reflexionar sobre los seres humanos y la sociedad”. ''Shoplifters'' es un crudo y enternecedor retrato de la vida de un hogar que lucha por salir adelante en la pobreza, y en que deja abierta la cuestión sobre cuál es el verdadero significado de la familia.

''No elegí conscientemente el tema de la pobreza. Simplemente quería narrar la historia de una familia sin vínculos sanguíneos”, señala un realizador inconfundible por su tono realista y conocido por obras como ''Still Walking'' (2008) o ''Our Little Sister'' (2015).

Preguntado por sus cineastas actuales preferidos, Kore-eda afirma que no se pierde ''ninguna película'' del británico Ken Loach, y señala que está ''deseando'' que el español Víctor Erice, autor de ''El espíritu de la colmena'' (1973) o ''El sol del membrillo'' (1992), realice una nuevo largometraje. ''Tengo mucha simpatía hacia directores como estos que tratan temas sociales y aprendo mucho de ellos”, dice el nipón, quien también menciona al iraní Asghar Farhadi entre sus autores favoritos.

Kore-eda señala que su estilo y su obra están ''más cercanos'' a esos realizadores que a otros cineastas clásicos compatriotas con quien se le suele relacionar, aunque no obstante admite la influencia de maestros nipones como Yasujiro Ozu o Mikio Naruse.

El director se muestra entre nostálgico y escéptico ante el momento actual de la creación audiovisual, marcado por la explosión de las series y los largometrajes producidos por plataformas digitales como Netflix, al afirmar que ''no es lo mismo ver una serie o una película en el ordenador que en una gran pantalla”. Sin embargo, se declara un ''amante'' de las teleseries niponas que marcaron su infancia, y reconoce que es ''una de las cosas que más extraña de Japón'' durante su estancia en París y que disfruta ''tanto como ir al cine”.

Kore-eda se encuentra desde junio en Francia ultimando el guión y buscando localizaciones para su nuevo filme, que comenzará a rodar en octubre y del que sólo quiere desvelar que es la historia de una madre actriz y su hija. ''La Verité'' tiene fecha de estreno previsto para el próximo año, y cuenta en su reparto con Juliette Binoche, Catherine Deneuve y Ethan Hawke, actores por los que el director ha mostrado gran admiración, pero con quienes tendrá que trabajar por primera vez en un idioma distinto.

El cineasta se comunica con ellos a través de intérpretes y, pese a las limitaciones que esto conlleva, sigue el mismo proceso de trabajo que en Japón, basado ''en compartir con todo el reparto su visión de la obra”, según explica. ''Es un reto. (Juliette) Binoche me ofreció hacer una película fuera de Japón, y yo acepté encantado”, afirma Kore-eda, quien también señala que para cuando acabe este proyecto tiene dos más sobre la mesa, uno de ellos en su país de origen y otro en el extranjero.

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