Declarado “Sir” por la reina Isabel que le otorgó el título de nobleza en 2014, John Hurt había nacido el 22 de enero de 1940 cerca de Chesterfield. Su madre, actriz aficionada, le prohibió ir al teatro por considerarlo poco recomendable para el hijo de un pastor.
Este admirador de Edvard Munch se vuelca inicialmente hacia la pintura, obteniendo una beca para estudiar de profesor de dibujo en la Escuela de Arte Saint Martin de Londres. En 1960, descubre su pasión por el teatro y se inscribe en la prestigiosa Academia Real de Arte Dramático (RADA), de donde egresa dos años más tarde.
Paralelamente a las tablas, debuta en televisión, ganando notoriedad entre los británicos por su interpretación del escritor travesti Quentin Crisp y luego del emperador romano Calígula. Su modelo era el Alec Guinness del “Oliver Twist” de David Lean. “Es la primera vez que vi a un actor recurrir en la pantalla a la tradición teatral que consiste en ponerse al servicio de un personaje y no al revés, lo cual influyó en mi trabajo”, explicó una vez.
En 1978, encarna a Max, heroinómano inglés en el infierno de las cárceles turcas en “Expreso de medianoche” de Alan Parker. Gana el premio Bafta, recompensa anual británica del cine y la televisión, y el Golden Globe al Mejor actor secundario, siendo nominado para el Oscar en ese apartado.
Al año siguiente, el actor longilíneo de cabellera rojiza interpreta al oficial Kane en “Alien” de Ridley Scott. La escena en la que el extraterrestre lo mata saliendo de su pecho —escena que luego parodiaría en “S.O.S. hay un loco suelto en el espacio” de Mel Brooks— entró a los anales del cine.
En 1980, tras 12 horas de maquillaje, encarna a “El hombre elefante”, obra maestra en blanco y negro de David Lynch. Su interpretación le valió una segunda nominación para los Oscar y un premio Bafta como Mejor actor. Recibirá otro por el conjunto de su carrera en 2012.
John Hurt se destacó en filmes de anticipación como “1984” (Michael Radford, 1984), “V de Vendetta” (James McTeigue, 2005) o “Rompenieves” (Joon-ho Bong, 2013). Pero los 140 filmes en que actuó a lo largo de su carrera —algunos de ellos para parar la olla, admitía sin rodeos— también lo llevaron a interpretar al señor Ollivander, el fabricante de varitas mágicas en la saga de “Harry Potter”, o el científico loco Oxley en “Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal”.
“Estoy abierto a todos los géneros cinematográficos, todo me interesa. Soy fundamentalmente un actor de alquiler”, decía el comediante, que actuó bajo la dirección de Michael Cimino, Guillermo del Toro —en “Hellboy"—, Jim Jarmusch o Gus van Sant.
Actor de mirada melancólica que frecuentaba los bares de Soho junto a Peter O’Toole, Oliver Reed y Lucian Freud, interpretaba a menudo en la pantalla a personajes excéntricos, extraviados, víctimas o torturadores. Su voz suave y grave le condujo en varias oportunidades a hacer de narrador, especialmente en “Dogville” de Lars Von Trier o en “El Perfume”, adaptación de una novela del alemán Patrick Süskind.
Tras superar problemas de alcoholismo, John Hurt había anunciado el 16 de junio de 2015 en su blog que padecía cáncer de páncreas, declarándose “más que optimista acerca de un desenlace favorable”. Marcado por la muerte accidental en 1983 de su novia, la modelo francesa Marie-Lise Volpelière-Pierrot, John Hurt se casó luego en cuatro oportunidades y tuvo dos hijos.
En su último papel encarnó al padre Richard McSorley en la biopic “Jackie” del chileno Pablo Larraín, sobre la ex primera dama de Estados Unidos, Jacqueline Kennedy. En julio pasado tuvo, sin embargo, que renunciar a una obra de teatro por consejo de sus médicos. “Con gran tristeza y gran decepción debo renunciar”, anunció.