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Por segundo año consecutivo, el paraguayo Joaquín Baldwin veía la noche del domingo cómo el título de una película en la que trabajó en los estudios de animación Walt Disney era presentada como una de las nominadas al premio de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas -popularmente conocidos como los Óscar- a la mejor película animada.
Sin embargo, a diferencia del año pasado, en que Ralph el Demoledor perdió el premio ante el filme de Pixar Valiente, este año su película Frozen sí resultó coronada con el premio de la Academia.
“Luego de haber arrasado con otros premios como los Bafta, los Annies y los Globos de Oro, teníamos grandes expectativas de ganar el Óscar”, comenta Baldwin a ABC Color. “Pero igual, nunca se sabe, todos estábamos nerviosos en el momento en que empezaron a anunciar los nominados”.
Baldwin, nacido en Asunción pero radicado en los Estados Unidos, se graduó en diseño gráfico en la Universidad de Columbus, Ohio, y realizó un máster de animación en la prestigiosa Universidad de California, Los Ángeles (UCLA). Ganó notoriedad con cortometrajes animados como Papiroflexia, The Windmill Farmer y Sebastian's Voodoo, el último premiado incluso en el Festival de Cine de Cannes.
Ralph el Demoledor, el 52º “clásico animado” -la serie principal de películas animadas del estudio- de Disney, un filme en el que un villano de videojuego se cansa de ser el malo y decide cambiarse de juego para ser un héroe, fue el primer proyecto en el que Baldwin trabajó en Disney, en el departamento de layout, la parte de la producción que decide detalles como la ubicación de las “cámaras” virtuales. En Frozen -que también ganó el Óscar a la mejor canción original- tuvo la misma tarea, aunque comentó que los procesos en ambas películas fueron muy distintos.
“Con Ralph teníamos mucho espacio para explorar estilos de cámara y composición diferentes, siendo que cada unos de los tres 'mundos' de la película tenían diferentes estilos”, relata. “No era muy restringido, podíamos experimentar mucho. Con Frozen manejamos un estilo bien preciso, elegante, clásico, que parece fácil pero en realidad es muy complicado, ya que cada toma está muy planeada y el director de arte tenía ideas muy específicas sobre qué sentimiento cada cuadro debería evocar. Fue algo más estructurado”.
Aunque su trabajo fue el mismo que en Ralph, la experiencia de trabajar en Frozen no dejó de enseñarle a Baldwin “trucos nuevos”, y el paraguayo destaca lo colaborativo del proceso.
“No trabajamos aisladamente en layout, tenemos que comunicarnos bien con los artistas que hacen el storyboard, con el editor, con el director, con los que esculpen los modelos 3D, con el departamento de iluminación, etcétera”, comenta. “En Frozen especialmente estuvimos muy en contacto con el departamento de desarrollo visual, con el director de arte”.
Aunque los detalles del proyecto aún permanecen más bien en el secreto y Baldwin no puede comentar demasiado al respecto, el paraguayo se halla trabajando ya en la próxima gran producción animada de Disnet, el filme Big Hero 6, una película basada en los cómics de Marvel del mismo nombre sobre un equipo de superhéroes que vive en un universo alternativo, en una ciudad que es la amalgama de Tokio y San Francisco. También está participando de oto proyecto del cual no puede revelar nada aún.
Además, ya propuso algunas de sus ideas originales para cortometrajes al estudio. “Presenté tres ideas de cortos a Disney, estoy esperando a ver el resultado. Hay un sistema para presentar cortos internamente, pero es muy competitivo y se tarda en recibir respuestas”.