Se trató de la estrella número 2.492 en ser instalada en el bulevar de Hollywood, frente al teatro El Capitán, muy cerca de las que llevan el nombre de Penélope Cruz y Javier Bardem.
“Es una experiencia extraña pero es una de las buenas”, dijo Franco al tomar el micrófono tras recibir el diploma conmemorativo y antes de posar junto con la baldosa que a partir de hoy inmortaliza su nombre en las calles de la meca del cine.
“Esto es algo que ni siquiera tenía en mis expectativas. Es un gran honor que no puedo asimilar ahora mismo”, declaró notablemente abrumado el intérprete de 34 años que en 2011 fue nominado al Óscar por su trabajo en “127 Horas” y este fin de semana estrena “ Oz el Poderoso”.
Franco se emocionó al hacer referencia a las personas que habían acudido a celebrar con él ese homenaje, como su profesor de interpretación, su agente y le faltaron las palabras cuando hizo referencia a su madre.