Birdman o la inesperada virtud de la ignorancia, una comedia de vanidades rodada en un solo plano en las tripas de un teatro de Broadway, vuelve a colocar a Iñárritu en la carrera hacia los Óscar, tras haber inaugurado el Festival de Venecia y haberse visto y aplaudido en el Festival de Nueva York.
El director de Babel o Amores perros ha cambiado radicalmente de registro, pero ha vuelto a cosechar excelentes críticas y esta noche se hizo con la que es, además, una de las galas más divertidas de la pretemporada de los premios de la Academia de Hollywood en la que estuvieron pendientes estrellas como Meryl Streep o Uma Thurman.
El mexicano ha rescatado del ostracismo en este filme al antiguo protagonista de “ Batman ” , que guarda no pocos parecidos con el personaje principal, un actor que triunfó en el cine de superhéroes que quiere recuperar el prestigio perdido en una producción teatral hecha a su medida.
La mejor actriz del año, según estos premios, fue Julianne Moore, que si bien ganó en Cannes por su papel en Maps to the Stars, de David Cronenberg, esta noche fue destacada por Still Alice, en la que interpreta a una enferma con Alzheimer y por la que podría ganar, por fin, el Óscar que le han negado hasta cuatro veces.
El premio del público fue para Boyhood, de Richard Linklater, película que hoy mismo también recibió el galardón al mejor filme por parte del Círculo de Críticos de Nueva York. También hizo hoy doblete, aunque en la categoría de mejor documental, Citizenfour, la película sobre Edward Snowden dirigida por Laura Poitras.
Pero si por algo son conocidos los premios Gotham es por su calidad de cazatalentos, con dos premios a las revelaciones más importantes del año en cuanto a interpretación y a dirección.
La directora sorpresa del año fue Ana Lily Amirpour, por A Girl Walks Home Alone at Night, y la actriz más rompedora fue Tessa Thompson, por Dear White People.