La cinta, producida por Netflix y primera realización como director del actor Macon Blair, obtuvo el Gran Premio del Jurado para las películas estadounidenses.
Elijah Wood, en un poco habitual papel cómico, da vida a un fan de la música metal y apasionado de las artes marciales, vecino de una enfermera (Melanie Lynskey), que no puede más con la maldad de la gente y se derrumba cuando entran a robar en su casa.
La película, que se presentó a nivel mundial la semana pasada en este gran encuentro del cine independiente en las montañas de Utah (oeste de Estados Unidos), es una comedia negra con incontables cadáveres al estilo de Quentin Tarantino, Guy Ritchie o los hermanos Coen.
El Festival de Sundance se dice apolítico, pero la programación de este año -con unos 120 títulos- fue una de las más comprometidas de sus 32 años de existencia.
La ceremonia de entrega de premios comenzó con una referencia al decreto antiinmigración del presidente Donald Trump contra siete países de mayoría musulmana. Su directora ejecutiva, Keri Putnam, quiso “saludar a los artistas de los países de mayoría musulmana” que acudieron este año al festival.
Entre los otros premiados se encuentran Dina, de Dan Sickles y Antonio Santini, en la categoría de documentales estadounidenses; The Nile Hilton Incident, del sueco Tarik Saleh, en el rubro de cine del mundo; y Last Men in Aleppo, de Firas Fayyad, sobre los rescatistas en Siria, como documental extranjero.
Los premios del público recayeron en Crown Heights, de Matt Ruskin, como mejor película estadounidense, y Chasing Coral, como mejor documental estadounidense.