El “privilegio” de modernizar “Mad Max”

George Miller, uno de los grandes maestros de la acción, regresa al género 30 años después de su última incursión y lo hace revitalizando el clásico “Mad Max”, la cinta que lanzó al estrellato a Mel Gibson.

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El protagonismo de la saga lo recogen ahora Tom Hardy y Charlize Theron.

“Al principio me sentí abrumado porque Mad Max es sinónimo de Mel Gibson”, reconoció Hardy en una conferencia de prensa celebrada en Los Ángeles (California), en la que participó EFE. “Es un papel amado por mucha gente y era una oportunidad muy grande”, añadió.

“Todos recordamos el personaje de Mel y temía que a nadie le gustara mi versión. Parecía que era como lanzarme al fracaso. Pero también me sentí entusiasmado”, admitió el británico, quien dijo no haber sentido presión por la protección que le ofreció el realizador australiano.

“George me recordó que no venía a hacer olvidar a nadie”, afirmó, “y que yo era su elegido para encarnar al Max moderno”.

La cinta, titulada Mad Max: Furia en el Camino y de estreno en EE.UU. el próximo día 15, ofrece una persecución casi constante en un paraje postapocalíptico repleto de dunas que se inicia con la figura solitaria de Max Rockatansky (Hardy), convertido en esclavo por un dictador y su ejército de señores de la guerra.

Sin embargo, Max encontrará en la carretera la ayuda de una guerrera (Theron) y un harén de mujeres en busca de un futuro esperanzador.

“ Ahora es cuando me doy cuenta del privilegio que es este papel”, declaró Theron. “Una actriz es únicamente tan buena como los proyectos que le caen en gracia. Y yo estoy muy agradecida por esta película. Gracias, George”, dijo la sudafricana.

Para Theron fue especialmente complicado rodar sin apenas diálogo, una fórmula intencionada del director, que prefería que los rostros de los personajes hablaran por sí solos.

“Estábamos prácticamente desnudos sin explicaciones de quiénes son ni de dónde vienen. Pero aprendemos a conocerlos a través de la acción y cómo se comportan. Al principio estaba desorientada, pero no tardé en confiar en George. Y el resultado está ahí”, indicó.

El reparto lo completan Nicholas Hoult, Rosie Huntington-Whiteley, Riley Keough, Zoë Kravitz, Abbey Lee Kershaw y Courtney Eaton, entre otros. Ese factor femenino tan pronunciado fue recibido como “un soplo de aire fresco” por Theron.

“No hago muchas películas con tantas mujeres y aquí estuve rodeada de ellas. George sabe lo que representamos en la sociedad y les da su valor en un mundo apocalíptico. En el caso de mi personaje, es alguien que ha sido raptada y desechada, pero lucha por escoger su destino y ser ella misma”, explicó la actriz.

De esta forma Miller, con 150 millones de dólares de presupuesto en su bolsillo, vuelve al universo que le hizo famoso décadas atrás y apuesta de nuevo por un héroe trágico, sin nada que perder tras la muerte de su familia. Lo hace, además, con una mezcla de lo más singular que parece fusionar el Circo del Sol más gamberro con la acción más desenfrenada al estilo de la saga Rápido y Furioso.

“Casi todas las escenas de acción las hicimos con especialistas y vehículos de verdad. Quisimos crear un mundo envuelto en caos y de esta forma se aprecian mucho más los detalles”, sostuvo el cineasta, que rodó 480 horas de material y encargó el montaje de la película a su pareja, Margaret Sixel, sin experiencia en el género.

“Es mucho más inteligente que yo”, dijo entre risas.

Miller, a sus 70 años, aún es capaz de insuflar locura y espectacularidad como nadie a sus proyectos. Aunque, en este caso, le costó más de una década lograrlo debido a la crisis económica, los problemas estructurales en el estudio Warner Bros. y las lluvias torrenciales en Australia.

“Pensé que tras la primera película ya no regresaría a este mundo”, apuntó Miller, que filmó Mad Max en 1979. Después llegarían Mad Max 2: The Road Warrior (1981) y Mad Max: Beyond Thunderdome (1985).

“La segunda la tomé como una oportunidad para mejorar. Estaba aprendiendo a hacer películas. En realidad, aún aprendo. Y tras la tercera, pensé que era el final de verdad”, manifestó. “Pero”, advirtió, “las ideas se acumulan en el fondo de la cabeza, siguen surgiendo y no tienen intención de irse. Eso hace que te obsesiones. Es una locura. Y un día te ves metido en medio de esto”.

Esto, en cualquier caso, podría ser sólo el comienzo. Si la primera entrega funciona como espera el estudio, habrá hasta tres continuaciones más.

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