“La novedad es que, por primera vez en 25 años de carrera, he decidido tomarme un año sabático, me hacía falta. Y ahorita mismo me interesa mucho no hacer cine”, dijo Del Toro en una entrevista con Efe al ser preguntado por sus futuras películas.
Tras asegurar que proyectos como la cinta de animación Pinocchio van “bien”, el realizador señaló que se tomará un breve descanso en su carrera. “Lo resistiré, no será difícil”, dijo sonriente Del Toro, que presenta The Shape of the Water, en la que es su primera participación en la competición por el León de Oro de Venecia.
Y lo hace con una película que sigue la estela de El laberinto del fauno (2006) o Hellboy (2004) y ahonda en su concepto de que “dentro de lo monstruoso está lo bello y dentro de lo normal está lo monstruoso”.
“La idea del monstruo como figura de redención es una idea muy religiosa para mí y muy personal” y cien por cien mexicana, resaltó Del Toro sobre una película que ha recibido el aplauso unánime de la crítica tras su primera proyección en Venecia.
Se trata de un cuento de hadas protagonizado por un monstruo y una joven muda (interpretada por Sally Hawkins) en los Estados Unidos de 1962, un momento de sueños que se truncaron con la muerte de John Fitzgerald Kennedy, explicó Del Toro.
Es, dijo, una película muy política en la que aparece el racismo, el sexismo, el clasismo, vivos entonces y ahora en opinión del realizador: “No hemos progresado mucho”.
“Vivimos en un tiempo en que nos dicen los políticos todo lo que nos hace diferentes, lo que nos separa, lo que no nos une y a mí me interesaba muchísimo enseñar el poder del amor, que no tiene forma”, precisó Del Toro.