Greengrass alerta en Venecia contra los nacionalismos con film sobre Utoya

VENECIA. Paul Greengrass alertó en Venecia contra los nacionalismos y el giro político hacia la extrema derecha, causa de la radicalización de personas como Anders Breivik, que en 2011 asesinó a sangre fría a 69 jóvenes en la isla noruega de Utoya.

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Ese es el evento muestra su nuevo filme 22 de Julio.

Desde el momento de los atentados ha crecido aún más el nacionalismo populista, lo que el realizador británico calificó de “grave amenaza para la democracia y para nuestra forma de vida”.

En una rueda de prensa en Venecia, donde el filme compite en la sección oficial del festival, Greengrass expresó, sobre todo, su preocupación por que la visión del mundo de Breivik, que se dedujo de su testimonio durante el juicio, se consideró entonces “rara” y ahora está mucho más “generalizada”. Por eso su filme se centra no tanto en los atentados sino en sus consecuencias y en ahondar en cómo Breivik, un joven noruego de clase media, pudo radicalizarse hasta el punto de cometer aquella matanza.

“Hace dos años quería hacer algo sobre la crisis de la inmigración, centrado en Lampedusa (Italia)”, explicó Greengrass, que en el proceso de preparación de aquel proyecto se dio cuenta del increíble giro hacia la extrema derecha que estaba experimentando Europa y que era el mayor desde la Segunda Guerra Mundial.

La crisis económica y el miedo a los movimientos de las poblaciones fueron los principales impulsores de este giro, explicó el realizador, que cuanto más pensaba en ello, tuvo más claro que tenía que escribir sobre cómo afectaba eso a Europa. Así llegó a los hechos de Utoya y al libro que escribió al respecto la periodista noruega Åsne Seierstad, One of Us: The Story of a Massacre in Norway-and Its Aftermath.

Seierstad se centró en las razones que llevaron a Breivik a cometer primero el atentado de Oslo, en el que murieron 8 personas, y luego la matanza de Utoya, contra los participantes en un campamento de las juventudes socialdemócratas. Una historia que se cuenta en una película dividida en una primera parte que detalla las matanzas y una segunda centrada en Breivik.

Anders Danielsen Lie, que interpreta a Breivik, considera el filme como un importante mensaje que debe ser repetido una y otra vez contra los extremismos. “Mucha gente en el mundo comparte sus ideas (de Breivik) y eso aterroriza. Creo que necesitamos hablar sobre ello, es muy peligroso convertirlo en un tabú”, dijo Lie, que resaltó la importancia de entender las razones que llevan a los terroristas a cometer sus ataques.

“Si quieres entender el poder y el peligro de la radicalización política, ideológica o religiosa, hay que entender por qué lo hacen, por qué un joven de clase media llegó a esta situación, por qué pasó. Es una cuestión incómoda que hay que plantearse”, agregó.

Al respecto, el director insistió en que las “democracias en las que vivimos la mayoría de los que estamos en esta sala tienen que luchar por sí mismas, tienen que ganar a través de los argumentos, no pueden simplemente existir”.

“Nuestros padres y abuelos, que vivieron en los años treinta, entendieron que los nacionalismos llevan al proteccionismo, y que este lleva a la guerra y a la muerte”, reiteró el realizador de filmes como Vuelo 93 sobre los atentados del 11S. Un realizador que cree en el cine como forma de entretenimiento –es el responsable de tres de los filmes de la saga Bourne–, pero también en el cine que es “un espejo para el mundo”.

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