En una entrevista concedida al popular periodista estadounidense Charlie Rose, el cineasta se mostró muy molesto con el resultado de Star Wars: El despertar de la fuerza, el último episodio de la franquicia estrenado el 18 de diciembre y que ya lleva 1.290 millones de dólares recaudados en todo el mundo.
“Quisieron hacer una película retro y eso no me gusta”, aseguró el director, cuyas dos primeras trilogías acumulan más de 4.400 millones de dólares. “Son mis niños”, dijo sobre los films. “Los quiero, los creé, me siento muy comprometido con ellos”.
“Y los vendí a esclavistas blancos”, agregó.
La entrevista fue emitida parcialmente en noviembre, pero el programa de Rose la difundió en su totalidad hace unos días.
Los comentarios del cineasta desataron la polémica y Lucas se vio obligado a rectificar.
“Quiero aclarar mi entrevista concedida al show de Charlie Rose. Me expresé mal y usé una analogía inapropiada, por lo que pido perdón”, explicó el director en un comunicado enviado por Disney. “He trabajado con Disney en los últimos 40 años y los escogí como guardianes de Star Wars por el gran respeto que tengo hacia la compañía y el liderazgo de (su presidente) Bob Iger. Disney está haciendo un trabajo increíble cuidando y expandiendo la franquicia”, afirmó.
Lucas reconoció estar “impresionado por el récord de taquilla logrado por la nueva película” gracias a la visión de su director, J.J. Abrams, y la presidenta de Lucasfilm, Kathleen Kennedy.
Disney anunció el jueves que El despertar de la fuerza se ha convertido en su película más taquillera a nivel doméstico con 629 millones de dólares, por delante de los 623,4 millones recaudados en 2012 con Los Vengadores. A nivel global, la cinta acumula 1.290 millones de dólares.
La película marca el inicio de la tercera trilogía con nuevos protagonistas como Adam Driver, Daisy Ridley y John Boyega, aunque sigue contando con la actuación de los veteranos Harrison Ford, Carrie Fisher y Mark Hamill.
Las dos películas más taquilleras de la historia son Avatar (2009) y Titanic (1997) con 2.790 y 2.190 millones de dólares respectivamente, ambas creadas por James Cameron.