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SITGES, España (EFE).- Rodeado siempre de polémica por la recepción que han tenido algunas de sus películas, Noé bromeó que con “Clímax” “la gente sale mejor que con las anteriores, porque no hay mucho sexo, los protagonistas son muy jóvenes y es mucho más divertida”. Y de hecho, recordó, “Clímax” será su primera película que se estrene en Estados Unidos con categoría R, que quiere decir que “cualquier niño la puede ver acompañado por alguien de más de 18 años con buenas o malas intenciones”. Noé mantiene en “Clímax” una de sus marcas de la casa: experimentar con una puesta en escena que traslada al espectador a situaciones angustiantes. La película francesa comienza con una estética de falso documental en el que un grupo de jóvenes bailarines responde preguntas sobre su trabajo, sus inquietudes, su vida, que da paso a una larga escena en la que los artistas ensayan una coreografía espectacular, con mucho movimiento y una perfecta unión con la música. Tras el intenso ensayo, los bailarines deciden darse un descanso y tomar un refrigerio y a partir de aquí se adentran en un infierno en el que se mezclan las drogas, el alcohol y las alucinaciones, un infierno en el que no faltarán agresiones físicas, verbales, sexistas o racistas. “Quería construir una historia de torre de Babel creada por la colectividad y que al final se acaba derrumbando y viniendo abajo“, comentó el director bonaerense, quien consiguió el beneplácito de los productores “vendiéndoles solo dos planos secuencia”. En este sentido, dijo que “como consiguió ‘atracar un banco’” con la película “Irreversible“, en la que “sin tener guión consiguió vender el proyecto con un reparto excelente“, en el que figuraban Mónica Bellucci, Vincent Cassel y Albert Dupontel, pensó en “repetir el crimen”. “Porque -agregó- siempre es mejor entrar por la ventana que por la puerta” y así nació “Clímax“, que se llevó el máximo galardón de la Quincena de Realizadores del último Festival de Cannes. Varias partes de la película, como el preámbulo en el que un personaje se desenvuelve en la nieve o las entrevistas a los actores como si fuera un falso documental fueron “improvisaciones” que surgieron durante el rodaje, ha admitido. De hecho, el propio director preguntó a los bailarines cómo querían llamarse o cómo les gustaría bailar, “y el rodaje discurrió durante quince días sin ningún problema”. La banda sonora de “Clímax” es “música de los 70, 80 y principios de los 90” que formaron parte de la educación sentimental de Noé, quien tuvo como referentes cinematográficos películas como “El pájaro de las plumas de cristal“, de Dario Argento, o en filmes de catástrofes como “El coloso en llamas“, “La aventura del Poseidón” o “Terremoto”.