Filme argentino sigue los pasos de médico nazi

BUENOS AIRES. Una niña que juega con otras a la vera de una ruta en la Patagonia argentina llama la atención de Josef Mengele, médico alemán, quien hallará en esa adolescente, desproporcionada para su edad, un objeto de estudio y también de deseo.

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Sobre esa tensión se construye “Wakolda”, el nuevo filme de la argentina Lucía Puenzo. La película, que se estrena este jueves en Buenos Aires, coloca el foco sobre una historia pequeña para bucear en otra más amplia, la de los cruentos experimentos nazis orientados a lograr la “pureza de la raza aria”.

La historia se basa en la novela homónima de Puenzo, publicada en 2012 por la editorial Emecé-Planeta, que aprovecha el lanzamiento cinematográfico para reeditarla, junto a otras tres novelas de Puenzo: “9 minutos”, “ La maldición de Jacinta Pichimahuida” y “El niño pez”.

Con su primer filme, “XXY”, Puenzo ganó el Gran Premio de laCrítica en Cannes (2007) y un Goya a la Mejor Película Extranjera. Escritora antes que realizadora, sus novelas han sido editadas en distintos países del mundo y en 2010 fue elegida por la prestigiosa revista inglesa Granta como una de los veinte escritores jóvenes más importante de la lengua española.

La acción de “Wakolda” se desarrolla en 1960, poco después de la captura en Argentina del criminal nazi Adolf Eichman.

Mengele, también buscado por los crímenes cometidos durante la Segunda Guerra en el campo de concentración Auschwitz, en Polonia, decide abandonar su residencia en la capital argentina y esconderse en la localidad patagónica de Bariloche.

Allí residían otros jerarcas nazis que le habían ofrecido ayuda, quienes formaban parte de una gran comunidad alemana que se instaló en la zona en los años 40 del siglo XX. El encuentro con la familia de Lilith (Florencia Bado), una adolescente mordaz pero con un cuerpo demasiado pequeño para su edad, lo llevará a viajar con ellos por la ruta del desierto hasta una hostería ubicada a orillas del lago Nahuel Huapí, heredada por Eva (Natalia Oreiro) y Enzo (Diego Peretti).

Aunque con cierto recelo, el médico, gracias a su aspecto de hombre educado y culto, es aceptado como primer huésped.

“Tanto en la película como en la novela está presente la idea de que Mengele podría hacer lo que quisiera y sin embargo no lo hace. Eso es lo que me parece más perturbador. La historia no tendría sentido si él actuara como lo hacía en un campo deconcentración. Lo temible es que sea como un lobo escondido debajo de ese caballero elegante”, dijo Puenzo sobre la construcción del personaje del médico, en entrevista con ANSA.

El actor catalán Alex Brendemuhl -de un parecido notable conMengele- estuvo de acuerdo con la directora en no juzgar al personaje, que transita todo el tiempo entre su perversión y su simpatía con la familia.

Podría pensarse que para Puenzo la adaptación al cine de una novela propia no hallaría escollos. Sin embargo, durante el proceso tuvo que eliminar ciertas cuestiones, como el componente esotérico de la historia y sintetizar otras.

“Uno de los problemas que encontré en la adaptación del texto literario fue la relación entre el médico y Lilith. En el cine, cuando los cuerpos se hacen visibles y la que encarna el personaje es una nena de 11 años, su gran carga sexual se atenúa”, explicó. La cineasta y escritora agregó que ya había decidido ese cambio desde el inicio: “En el cine, eso iba a generar un morbo que se iba a comer toda la historia y quería centrarme en la relación que establece el médico con todos los miembros de la familia, ya que va venciendo sus resistencias”.

Puenzo leyó muchísimo material sobre el nazismo y mantuvo entrevistas con distintos historiadores y genetistas antes de encarar este relato. Sin embargo, aseguró, este tema no fue la motivación inicial de su novela. “Empecé a escribir como lo hago siempre: con una imagen. Y en el caso de ’Wakolda’ fue un grupo de nenas jugando en un lugar desolado de la Patagonia. Luego aparecía un médico genetista que se interesaba por la condición de la protagonista, pero ni siquiera había pensado que podría ser Mengele”, admitió.

Brendemuhl da vida a un Mengele tan refinado como siniestro, que se gana la simpatía de los miembros de la familia argentina y somete a Lilith y a su madre (embarazada de gemelos) a experimentos que no practicaba desde sus días en Auschwitz, bajo el disfraz de tratamientos médicos.

“Está muy claro en las marcas del texto que no hay una simpatía de mi parte hacia él. Al mismo tiempo, hay que entender que la propia historia habla tanto y tan bestialmente de la perversión de este hombre, que es necesario que el espectador complete este personaje”, subrayó Puenzo.

La experimentación médica fue una de las principales motivaciones de la cineasta para escribir su novela, que ahora llega al cine. “Creo que así como la medicina es el invento moderno más importante, al mismo tiempo, hay ciertas oscuridades en la ética médica que me inspiran sentimientos encontrados”, explicó.

Más allá de intrigas nazis, de una mansión misteriosa visitada asiduamente por una avioneta, de la presencia inquietante de una bibliotecaria que sigue los pasos de Mengele, la cineasta asegura que “en el corazón de ’Wakolda’ está presente la idea de hasta dónde empujar a los hijos a que crezcan o que tengan cuerpos perfectos”.

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