“El festival responde a lo que está pasando en el mundo de lo audiovisual”, aseguró a Efe su director José Luis Rebordinos, para quien el futuro inmediato del cine ya se expresa de formas “muy variadas”, tanto de producción como en plataformas y formas de exhibición.
Aun así, el festival no prevé cambiar el reglamento de próximas ediciones para que las series puedan competir en la sección oficial, pero tampoco se cierran en banda. “Hay películas que, probablemente, si no fuera por el apoyo de las plataformas, no existirían, así que -opina- bienvenido sea Netflix”.
De ahí que el festival haya programado tres series, dos de ellas fuera de competición -Fe de etarras, primer filme en el festival producido íntegramente por Netflix, y La peste, de Alberto Rodríguez, de Movistar+-. Y la tercera, Vergüenza, de Juan Cabestany, que competirá íntegra en Zabaltegi, la sección dedicada a las nuevas miradas del cine.
Pero las estrellas, de momento, siguen llegando al festival del cine.
San Sebastián ha apostado este año por el glamour demostrado con los imbatibles Ricardo Darín y Monica Bellucci recogiendo los premios Donostia de la edición -además de la octogenaria directora belga Agnes Varda-, mientras que Antonio Banderas recibirá su Premio Nacional de Cinematografía.
Con ellos, rostros veteranos, como Glenn Close, Arnold Schwarzeneger o el presidente del jurado, John Malkovich, y bajando la media (de edad), la sueca Alicia Vikander y los hermanos James y Dave Franco.
Las jurados Emma Suárez y Dolores Fonzi, además de Paz Vega, Úrsula Corberó y Berenice Bejó, entre otras bellezas, también desfilarán por la alfombra roja.
Penélope Cruz y Javier Bardem pasarán por San Sebastián como una exhalación, ya que el rodaje con el oscarizado director iraní Asghar Farhadi les retendrá hasta el mismo día 30, cuando se proyectará la última “Perla” -películas destacadas de otros festivales-, Loving Pablo, que se estrenó en Venecia.
Este año, además, el festival se meterá en los bolsillos de los usuarios con una app para dispositivos móviles.
En lo que no cambia, ni este festival, ni ningún otro, es en la escasez de nombres femeninos al frente de las películas importantes; en concreto, este año, de veinticinco títulos en la sección oficial, solo cuatro son de realizadoras.
Son la argentina Anahí Bernerí, con Alanis; la polaca Urzula Antoniak, con Beyond Words; la austríaca Barbara Albert, con Licht, y la serbia Ivana Mladenovic con Soldados: Story from Ferentari. Aunque la presencia de directoras más fuerte viene de Latinoamérica:
En Horizontes Latinos, cuatro de las 12 películas están dirigidas por mujeres: las argentinas La novia del desierto, de Cecilia Atán y Valeria Pivato, y Temporada de caza, ópera prima de Natalia Garagiola; la costarricense Medea, de Alexandra Latishev, y la chilena Los perros, de Marcela Said.
En Nuevos Directores están Silvina Schnicer Schlieman, argentina también y codirectora junto a Ulises Porra Guardiola de Tigre; la chilena Marialy Rivas, con Princesita, y la colombiana Laura Mora, con Matar a Jesús. Y otra argentina más en Culinary, Mercedes Córdova, que debuta con el documental E il cibo va.
En total, de las 25 cintas de la sección oficial, 18 competirán por la Concha de Oro; tres estarán fuera de concurso -la clausura, The wife; Marrowbone y la serie La peste-, y cuatro serán proyecciones especiales: Morir, de Fernando Franco; Au revoir là-haut, de Albert Dupontel, el anime japonés Fireworks y Wonders of the Sea, un documental en 3D apadrinado por Arnold Schwarzeneger.
Dieciséis títulos más competirán por el premio Nuevos Directores y veintidós en Zabaltegi-Tabakalera; Culinary Zinema, Glocal in Progress, Zinemira, Made in Spain, Savage Cinema y las codiciadas Perlas siguen un año más ofreciendo un catálogo de centenares de películas para todos los gustos, públicos y edades.