Es una película con la que el griego Yorgos Lanthimos ha querido hacer “una pequeña contribución para mostrar lo complejas, complicadas y terribles” que pueden ser las mujeres. Lo que les permite a Stone y Colman ser las protagonistas de una película frente a la habitual prevalencia masculina en el cine, afirmó hoy el director, rodeado por Stone y Colmán y con la ausencia de Rachel Weisz, el tercer vértice de la historia triangular que cuenta una película que compite por el León de Oro de Venecia.
El objetivo de Lanthimos era retratar a las mujeres simplemente como seres humanos y no como “criadas, amas de casa u objetos de deseo”, sus papeles más habituales en el cine. Por eso se sintió atraído desde el principio por un guion ya escrito –en todos sus trabajos anteriores, como Dogtooth o The Lobster, se ocupó él de escribir las historias– centrado en tres mujeres muy poderosas.
Una historia basada en hechos reales del siglo XVIII, la relación de la británica reina Ana (Colmaá), con su favorita, Sarah Churchill (Weisz) y con la recién llegada Abigail Masham (Stone).
“Me encantó” el proyecto, reconoció en la rueda de prensa Emma Stone, aunque recordó que al comienzo del rodaje no entendía muy bien el sentido de lo que hacía porque al inicio su personaje observa y está en silencio. Algo que gustó mucho a la actriz estadounidense, que dijo divertida que le gustaría hacer un personaje sin palabras.
“Estoy segura de que a mucha gente también le gustaría porque no paro de hablar”, apostilló. Le encantó “cada elemento del personaje” y fue un desafío que no se notara mucho su acento del sur de Estados Unidos –es original de Arizona– y los trajes que llevaba y que apenas le dejaban respirar. Pero pese a todo, afirmó que fue “una alegría” interpretar el papel.
Y sobre su relación tormentosa en la pantalla con sus dos compañeras de reparto, afirmó que, tras tres semanas de ensayos que más bien sirvieron para conocerse, se sintió cómoda en todos los momentos del rodaje. Al respecto, Colman arrancó las risas de los periodistas al afirmar: “Fue muy divertido tener sexo con Emma Stone”, frase respondida por Stone con un: “fue muy divertido tener sexo contigo también”.
Una relación mucho más fluida en la realidad de la que tienen entre ellas y con Rachel Weisz en la película, donde prima el espíritu competitivo, algo que también está presente en la industria del cine, como reconoció Stone. La actriz aseguró que nunca se había planteado las similitudes entre el mundo de la realeza del filme y el del cine, pero que tras ser preguntada por los periodistas había empezado a reflexionar. Y aseguró con un expresivo “síiiiii” que en el cine y en cualquier otra industria se dan situaciones similares.
Rodada con lentes de gran ángulo que ayudan a distorsionar la realidad y con un lenguaje y hasta trajes más modernos de lo habitual en las películas de época, Lanthimos conquistó hoy Venecia con su propuesta, pero fue sobre todo Olivia Colman quien convenció a todos con su interpretación. Un papel que llega cuando ya está rodando la nueva temporada de la serie televisiva The Crown, donde interpreta a la reina Isabel de Inglaterra en su madurez, dos personaje muy reales pero con pocas similitudes, aseguró la británica.
“No creo que la reina Isabel aprendiera nada de la reina Ana”, aseguró Coleman, que quitó importancia a su interpretación y apuntó al guionista y al director como responsables del buen resultado del filme. “El guionista lo escribió, nosotras dijimos lo que estaba escrito y lo que Yorgos nos decía que hiciéramos”, dijo con humor.
Una película centrada en esas tres mujeres, con la política como fondo y con la que el realizador quería entender "cómo esas pocas personas dependiendo de sus opiniones, decisiones o incluso de su humor, podían tomar decisiones que afectaran a miles o millones de personas.