La historia, que retrata la impunidad de la iglesia obstinada en lavar de puertas para adentro pecados como la pederastia o la complicidad con torturadores, logró obtener cuatro galardones, entre ellos el de mejor película.
La cinta, que ganó el Oso de Plata, Premio Especial del Jurado en el festival de Berlín, también ganó los galardones al mejor guión, al mejor actor para Alfredo Castro y al mejor director para Larraín. Este último premio estuvo compartido con el cineasta colombiano Ciro Guerra por El abrazo de la serpiente, una producción colombiana, venezolana y argentina.
Este filme también ganó la mejor música para Nascuy Linares, al mejor sonido para Carlos García y Marco Salvarria, así como el premio a la mejor fotografía de ficción para David Gallego.
En su segunda edición, los premios se entregaron en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris de la capital mexicana, donde minutos antes de la gala desfilaron por la alfombra roja actores como Goya Toledo, Paz Vega, Gael García Bernal o cineastas como Jonás Cuarón.
Organizados por el colectivo Cinema 23, una asociación creada en 2012 para promover la cultura cinematográfica de Iberoamérica, estos premios buscan reconocer a lo mejor del cine de esta región. El comité de selección y nominación está integrado por programadores, académicos, críticos, promotores y directores de festivales de los países de esta región.
En total se entregaron 13 galardones, siendo el de la mejor actriz para Dolores Fonzi por La Patota de Argentina y Brasil, que fue recibido por su esposo el actor García Bernal, quien la definió como “una gran actriz, una gran amiga y una gran madre”.
El mejor vestuario fue para Sofía Lantán por Ixcanul, un filme de Guatemala y Francia, mientras que la española La Isla Mínima se llevó el galardón al mejor diseño de arte, que fue para Pepe Domínguez.
El premio a la mejor fotografía documental lo ganó la producción chilena, española y francesa El botón de nácar de Katell Djian; el mejor largometraje documental, la brasileña Últimas conversas de Eduardo Coutinho; la mejor edición, As mil e uma noites de Miguel Gomes.
En la noche se entregaron cuatro premios especiales, el primero de ellos fue para la Filmoteca Española, recogido por su director Chema Prado, por haber contribuido desde 1953 con la labor de custodiar, recuperar, investigar, conservar y difundir el patrimonio cinematográfico español y promover su conocimiento.
El crítico mexicano Jorge Ayala Blanco recibió el Fénix a su trabajo de investigación cinematográfica, un galardón otorgado la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica (Fipresci), por sus más de 50 años de carrera.
Mientras, el Fénix a la trayectoria, que entregan las diferentes academias de la región, consejos y asociaciones de cine de los países de Iberoamérica, fue para el chileno Patricio Guzmán, quien no pudo recibirlo en persona aunque hizo un agradecimiento mediante un vídeo.
Por último, el Fénix de los exhibidores lo recibió la película argentina Relatos salvajes por haber tenido un estreno comercial en 15 países y recaudado cerca de 28 millones de dólares en Iberoamérica.
Durante la gala hubo actuaciones musicales de artistas como la brasileña Vanessa Da Mata, la española Luz Casal, el cantante mexicano Rubén Albarrán de Café Tacvba, el mexicano León Larregui o el propio García Bernal.
El premio Fénix es una escultura diseñada por el brasileño Artur Lescher que simboliza un huevo del ave Fénix hecho de hierro carbonizado. En esta edición, los 18 largometrajes de ficción y 7 documentales nominados fueron el resultado de una selección de más de 700 largometrajes estrenados de mayo de 2014 a mayo de 2015 en festivales de cine o en salas comerciales.