El personaje al que interpreta, el padre Burke, es un enviado especial del Vaticano para investigar la extraña muerte de una joven monja en Rumanía. Una especie de “cazador de milagros”, explica Burke en un momento de la cinta a la novicia Irene, su compañera de aventuras en esta investigación, interpretada por Taissa Farmiga. La joven es hermana de la también actriz Vera Farmiga, protagonista de las dos primeras entregas del universo de películas El Conjuro, que comenzó en 2013, y de la que La Monja es una precuela.
“Es un guión muy sólido”, asegura Bichir sobre un personaje traumatizado por un exorcismo que salió de la peor manera y que tiene unos “'demonios' que no lo dejan dormir”. Ese trauma es su mayor debilidad, pero para Bichir es también la mayor fuerza del personaje. El actor asegura que pudo entenderlo muy bien, gracias a la herencia católica omnipresente en su natal México y que le fue transmitida a través de su abuela, característica que le hizo además sentirse protegido en un ambiente de filmación en el que reconoció haber sentido “una energía muy poderosa”.
Sin embargo, rechazó haber sentido miedo: “Yo estoy del lado del bien. Mi personaje es el Harry el Sucio de los demonios, el James Bond de las almas”.
Cuando la propuesta llegó a sus manos, Bichir sabía poco de este universo de películas de El Conjuro, compuesto además por las dos entregas de Annabelle, y nunca había expresado algún tipo de interés por el cine de horror. “Nunca fui fan”, reconoce sobre un género que no le llamaba la atención porque los “monstruos” de su infancia vivían debajo de su cama.
Sin embargo, la combinación de un rol con una historia interesante asentada en la década de 1950 y la idea de pasar un tiempo en el castillo de Bran, en Transilvania, en el corazón de Rumanía, residencia de “Vlad El Empalador”, la inspiración del escritor Bram Stoker para crear Drácula, fue suficiente como para “hacer las maletas” y meterse en la piel del padre Burke.
“Me pareció un personaje muy poderoso”, explica Bichir en una entrevista en Miami, para la que se escogió uno de los salones más imponentes del Hotel Biltmore, uno de los lugares más visitados de la ciudad por los amantes de los fenómenos paranormales.
Vestido de forma similar a la del padre Burke y sentado en una silla de madera tallada con diseños barrocos, Bichir se toma el ambiente con humor. Se le nota que la experiencia con el terror lo ha divertido. Le interesa saber qué asustó, qué sorprendió, a las personas que ya han tenido la oportunidad de ver la película antes de que se estrene el próximo 7 de septiembre.
“Es más fácil hacer esas películas que verlas, sin duda”, reconoce sobre una cinta en la que, gracias a que se trata de una producción de Hollywood y a que está ambientada en un viejo castillo de Rumanía, se le hizo “muy sencillo” el trabajo de actor, pues solo debía “reaccionar a lo que estaba pasando”.
Con todo, el actor mexicano parece haberle agarrado el gusto al género de terror y en la actualidad trabaja en una cinta sobre una casa embrujada de la que nadie sale vivo, Grudge, dirigida por Nicolas Pesce y que está previsto que se estrene en 2019.