Del Toro busca ser tercer mexicano en ganar Óscar al mejor director

LOS ANGELES. La lucha por el Óscar a la mejor dirección en la presente edición es el mejor ejemplo de la diversidad anhelada por la Academia de Hollywood, una contienda en la que Guillermo del Toro parte como favorito.

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Del Toro podría convertirse en el tercer mexicano en hacerse con esa estatuilla.

Alfonso Cuarón hizo historia en 2013 al ser el primer mexicano en ganar el Óscar al mejor director (Gravity) y su colega Alejandro González Iñárritu alargó la gesta alzándose con el premio en 2014 con Birdman y en 2015 con The Revenant.

Ahora, Del Toro, con The Shape of Water, puede completar la felicidad en el grupo de Los tres amigos, como se les conoce en Hollywood. Sus rivales son de tomo y lomo: Christopher Nolan (Dunkirk), Jordan Peele (Get Out), Greta Gerwig (Lady Bird) y Paul Thomas Anderson (Phantom Thread).

Del Toro parte como favorito en esta categoría gracias a su victoria en los premios del Sindicato de Directores de EE.UU., donde se impuso a los mismos rivales que tendrá en los Óscar con la excepción de Martin McDonagh ("Three Billboards Outside Ebbing, Missouri"), que dejó en los Óscar su plaza a Anderson.

Se trata de la primera candidatura para Del Toro como mejor director. Antes de esta edición únicamente contaba con una nominación al mejor guion original por El laberinto del fauno (2006), pero en esta ocasión también compite a título nominal por el Óscar de mejor película -como productor de The Shape of Water- y el de mejor guion original -junto a su compañera Vanessa Taylor-.

El de Guadalajara, quien señaló a Efe que este filme es “el más humano y emotivo” de su carrera, se ha convertido en uno de los autores modernos más aclamados gracias a esa apuesta tan particular por la fantasía que ha dejado obras únicas como El espinazo del diablo, El laberinto del fauno y grandes producciones como Pacific Rim o Hellboy.

Para Nolan, considerado uno de los más brillantes cineastas de la actualidad, esta es su primera nominación como mejor director, aunque posee cuatro más en su carrera: mejor guion original (Memento e Inception) y mejor película (como productor de Dunkirk e Inception).

En Dunkirk, que narra la evacuación de 300.000 soldados de las tropas aliadas durante la II Guerra Mundial, Nolan cuenta desde tres puntos de vista -por tierra, mar y aire- la denominada 'Operación Dinamo', el rescate de soldados belgas, franceses y británicos rodeados por el ejército nazi a finales de mayo de 1940.

Para el realizador, que empleó cámaras IMAX y barcos y aviones reales, el rodaje le deparó “grandes retos físicos” a la hora de grabar en cada una de las posiciones, lo que le llevó a “tener la sensación de haber hecho algo nuevo”, ya que siempre busca “construir experiencias sobre el pasado, pero mirar también a nuevas metas”, según dijo a Efe.

Get Out es la ópera prima de Jordan Peele. Con ella tratará de hacer añicos un dato que juega en su contra: ningún director afroamericano ha ganado el Óscar en 89 años de historia. Previamente consiguieron la nominación John Singleton (Boyz n the Hood, 1991), Lee Daniels (Precious, 2009), Steve McQueen (12 Years a Slave, 2013) y Barry Jenkins (Moonlight, 2017).

No contento con ello, Peel también está en la disputa del Óscar a la mejor película -como productor de Get Out- y el de mejor guion original, para el que parte como favorito tras alzarse con la victoria en los galardones del Sindicato de Guionistas de EE.UU.

Es el tercer artista en la historia en lograr ese trío de candidaturas tras Warren Beatty (Heaven Can Wait) y James L. Brooks (Terms of Endearment). La supresión de las voces en la comunidad afroamericana y el silencio en torno a la represión policial en EE.UU. son temas presentes en la sociedad que encuentran su reflejo en la película, para la que Peele asegura estar planeando ya una secuela tras recaudar más de 250 millones de dólares en todo el mundo a partir de un presupuesto que no llegaba a los 5 millones.

A su 34 años, es la quinta mujer en ser candidata a este premio tras Lina Wertmuller (Seven Beauties), Jane Campion (The Piano), Sofia Coppola (Lost in Translation) y Kathryn Bigelow (The Hurt Locker), que en 2010 se convertió en la única artista en alzarse con la estatuilla dorada.

Gerwig, conocida por sus trabajos como actriz en filmes como Greenberg, To Rome with Love o Frances Ha, ha visto reconocido su trabajo en Lady Bird con los premios de la National Board of Review y la National Society of Film Critics, entre otras organizaciones.

La artista, que también competirá por el Óscar en el campo de mejor guion original, ya dejaba claras sus intenciones en una entrevista con Efe en 2012: “Soy una idealista. Hay que serlo para estar en esta industria. Uno debe crear su propio mundo porque en Hollywood te rechazan constantemente y hay que tener el coraje de seguir adelante”.

Para Anderson, que compite con Phantom Thread, es su segunda nominación como mejor director tras There Will Be Blood (2007). En total posee ocho candidaturas en su carrera: mejor guion original (Boogie Nights y Magnolia), mejor guion adaptado (There Will Be Blood e Inherent Vice) y mejor película (productor de Phantom Thread y There Will Be Blood).

Anderson, tras hablar del mundo de las apuestas (Hard Eight), el porno (Boogie Nights), la vida (Magnolia, 1999), el amor (Punch-Drunk Love), el petróleo y el capitalismo (There Will Be Blood), los cultos (The Master) y el escapismo hippy (Inherent Vice), lleva su mirada por primera vez fuera de la sociedad estadounidense para hablar del mundo de la moda en el Londres de los años 50.

Phantom Thread supone la despedida de Day-Lewis como actor, según anunció él mismo en un comunicado publicado en junio. El cineasta, desde entonces, ha sido preguntado en numerosas ocasiones si acaso fue una mala experiencia en el rodaje de su cinta lo que provocó la decisión. “Quiero pensar que se lo pasó tan bien que sabe que no podrá superarlo”, suele contestar entre risas.

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