“EL ABRAZO DE LA SERPIENTE” (Colombia) , el Amazonas imaginado
Antes de hacer historia con la primera nominación en los Óscar para una película de Colombia, la tercera cinta del realizador Ciro Guerra causó sensación en festivales de cine de todo el mundo, como el de Cannes, donde obtuvo el premio más importante de la Quincena de Realizadores, el Art Cinema Award. Rodada en blanco y negro para retratar un Amazonas majestuoso, El abrazo de la serpiente muestra, a través de la mirada de los indígenas, el encuentro y choque entre culturas diferentes.
“Siento que es el momento para que nosotros, como colombianos, empecemos a reconocer nuestra herencia indígena”, explicó Guerra en una entrevista reciente con Efe. “Estar en la Amazonía cuestiona profundamente todos los aspectos de lo que tú crees que es ser humano”, señaló el cineasta para explicar que adoptar la perspectiva indígena fue “un gran reto” que exigió eliminar “prejuicios e ideas preconcebidas”.
Jugando con el tiempo y el espacio, el filme cuenta en paralelo las relaciones que tuvo el chamán Karamakate, último superviviente de su tribu, con el etnólogo alemán Theodor Koch-Grünberg y, años después, con el biólogo estadounidense Richard Evans Schultes.
Se llevó el Gran Premio del Jurado en Cannes y obtuvo el Globo de Oro a mejor película extranjera, por lo que a la húngara Son of Saul, la gran favorita en este apartado de los Óscar, sólo le falta triunfar en los galardones de la Academia de Hollywood para completar un año redondo.
Ópera prima de László Nemes -ayudante de realización de Béla Tarr- y protagonizada por Géza Röhrig, la cinta relata la labor de un comando especial de prisioneros que ayudaban a los nazis en la limpieza tras el exterminio de judíos.
La película trata de innovar en el aspecto formal al evitar las escenas más desagradables o aterradoras del Holocausto, que muestra desenfocadas o a larga distancia, algo que sin embargo aumenta la dureza de una historia estremecedora. “El Holocausto parece que se ha convertido en una distracción; para mí es un rostro humano y no hay que olvidarlo”, señaló el director Nemes en su discurso al recibir el Globo de Oro.
Una historia que se ha convertido en un de las más taquilleras de su país pero que también ha recibido ataques antisemitas por parte de la ultraderecha. Se trata de la novena nominación que recibe un largometraje húngaro para el Óscar a mejor filme de habla no inglesa, galardón que sólo consiguió llevarse a casa Mephisto (1981), de István Szabó.
Dirigida por la directora debutante Deniz Gamze Ergüven, Mustang trata sobre la lucha por la libertad de un grupo de chicas en una pequeña población de Turquía que deberán afrontar y combatir los tabúes sociales y las imposiciones de la tradición.
Acude como representante de Francia a los Óscar, aunque la película es una coproducción del país galo con Alemania, Turquía y Qatar que lidia con temas como la familia, la rebeldía o las convenciones.
“La libertad es posible en Turquía porque es una sociedad muy diversa y heterogénea, pero hay lugares en los que está especialmente condicionada por las tradiciones, que confinan a la mujer a un lugar menos libre del que debe aspirar”, dijo a Efe tras el estreno su realizadora nacida en Turquía y afincada en Francia. “Creo en defender lo que hay de bueno en ambas sociedades, con ideas que deberían abrazarse y ser compatibles, desde cómo Francia pone en valor el hombre en su individualidad hasta el sentimiento de comunidad entendido como algo positivo en Turquía”, añadió.
Además de la nominación al Óscar y a los Globos de Oro, Mustang se llevó el galardón al descubrimiento del año para su directora en los últimos Premios del Cine Europeo.
La apuesta exótica y sorprendente de estos Óscar llega desde Jordania con Theeb (lobo, en árabe) , la película con actores y guionista noveles que dirige el también debutante Nayi Abu Nawar. La película relata las aventuras en 1916 en el desierto de un niño beduino, Theeb (Yaser Eid), que persigue a su hermano Husein y a un oficial inglés que tratan de encontrar el camino a un pozo abandonado.
El director Nayi Abu Nawar y el guionista Base Gandur contaron a Efe recientemente que pasaron un año en el desierto de Wadi Ram, situado en el sur de Jordania, “hablando con los beduinos para narrar la historia con realismo”.
“Crecí con historias de la cultura beduina, mi padre me contaba historias de beduinos; noches beduinas, cosas beduinas y guerreros beduinos, así que eso me gusta contarlo ” , añadió el director que dio a Jordania su primera nominación al Óscar y que ganó el premio al mejor realizador de la sección Horizontes en el Festival de Cine de Venecia.
Una pesadilla recurrente y muy presente en Estados Unidos, el trauma de la guerra en Afganistán, sienta la base narrativa de A War, la película danesa dirigida por Tobias Lindholm y protagonizada por Pilou Asbæk y Tuva Novotny. La acción del largometraje se centra, por una parte, en un militar danés destinado en Afganistán y, por la otra, en la vida de su mujer y sus niños en su hogar en Dinamarca.
Una decisión del militar en pleno campo de batalla provocará que la vida de todos cambie por completo. Se trata de la undécima candidatura que Dinamarca se anota en los Óscar a mejor filme extranjero, categoría que ya conquistó en tres ocasiones: Babette's Feast (1987), Pelle the Conqueror (1988) y In a Better World (2010).
El resto de nominadas danesas que participaron en los Óscar a mejor película extranjera a lo largo de la historia fueron Qivitoq (1956), Paw (1959), Harry and the Butler (1961), Waltzing Regitze (1989), After the Wedding (2006), A Royal Affair (2012) y The Hunt (2013).