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Carismática, ocurrente, coloquial y elocuente: así supo conquistar Clara Franco (36) a un país que adoptó a sus personajes como aliados televisivos.
Nacida en San José de los Arroyos, la artista fue nombrada recientemente hija ilustre de esa localidad en un homenaje municipal que la llenó de emoción. “Realmente me siento una hija ilustre de este pueblo porque todos me quieren”, dirá Franco vía telefónica, en las últimas horas de los festejos del día de la madre. “Me siento realmente feliz, bendecida y muy agradecida porque puedo estar en el lugar donde me siguen dando ese mismo cariño, el calor de hogar y de familia”.
En 2013, la actriz decidió trasladarse de manera permanente a su pueblo natal, quizás en búsqueda de aquella niña que se entrecruza con sus raíces. “Cuando tomé esta decisión me sentí muy feliz porque siempre veía a mis hijos, vivíamos en un departamento y me decía: ‘Cómo quiero que mis hijos vean y sientan lo que yo pasé y viví en mi infancia…’ y, si bien ya vino la parte moderna, hay muchas cosas que no cambiaron en mi pueblo y estoy my feliz de estar aquí”, cuenta la actriz. Para ella, ver a su hija desfilar por los festejos patrios pasados en la misma plaza en que celebró su graduación es un gran motivo de emoción.
Pero, ¿cómo desembocó Clara Franco, aquella humilde muchacha de San José, en la gran ciudad? ¿Cómo logró imponerse entre las figuras del humor más queridas del Paraguay?
Ya desde pequeña, sus padres vieron en ella la madera creativa que la diferenciaba. Sus primeras motivaciones estaban en la música y, persiguiendo ese sueño, viajaba hasta Asunción para participar en concursos musicales en televisión. El primero de ellos, en 1989. Años más tarde, allá por 1994, se trasladó a la capital con su hermana Montserrat para perfeccionarse… sin embargo, extrañó a los suyos y volvió a su pueblo. Un año después, repitió la hazaña, aunque con el mismo resultado. “No me hallé en Asunción”, recuerda hoy.
“En 1996 terminé el colegio y tuve que volver (a Asunción). Para empezar la facultad, supuestamente. Iba a empezar la carrera de comercio exterior pero me quedé estudiando teatro y empecé a trabajar”, recuerda.
Sumamente inquieta, Clara tenía en la música su principal prioridad. Anteriormente, había integrado con sus hermanas un grupo musical (con el cual se destacaron en varios festivales del interior). Tiempo después, formó un dúo musical con su hermana. “No me veía cantando sin ella”, se sincera hoy.
Pero en Asunción, las prioridades habían cambiado. Ella estudiaba teatro… pero debía sobrevivir. Por eso, se desempeñaba como telefonista en un banco de la capital.
“Trabajaba como telefonista en un banco y empecé a hacer llamadas telefónicas a la Rock & Pop y, de repente, dijo Hugo Rubín: ‘Mirá un poco ésta’”.
Resulta que aquella telefonista pasaba sus días participando de los concursos en la radio con su mismo número de cédula, pero distintos seudónimos. “Me llamó para ser la ‘movilera’, me voy y ahí ya empiezo a trabajar”.
Entre la Rock & Pop y Ñandutí, empezó a participar del popular programa de entretenimiento El Conejo –por entonces emitido en Canal 9– y, más tarde, la ficción de Clotilde Cabral Nuestros fantasmas (Canal 13). Fue ese su ingreso, con el pie derecho, a los medios de comunicación.
En el intermedio, participó de un programa infantil y viajó a México acompañando a un grupo de teatro. “Tenía un papel secundario, de acompañante”, reconoce.
Más tarde integra el grupo musical Caiobá y viaja con ellos a Nueva York. Al regresar al país, encuentra una convocatoria de Telefuturo. “Mi amiga Milva Gauto (con quien empezó a hacer radio) me estiró, me hizo llamar el 'Negro' Maciel –con quien ya nos conocíamos– e ingreso a Casino Hotel con el personaje de la yuyera”.
El descubrimiento de Franco daba para más, por eso también fue figura del ciclo Me cargo de risa, que serviría de antesala para su verdadera explosión: el ciclo de humor Telecomio, donde lideró el equipo que también integraron Walter Evers, Gustavo Cabaña y Maricha Olitte, entre otros.
Entre la música, el teatro y los medios, Clara Franco se define esencialmente una actriz. “Lo que más me atrae es la actuación”, confiesa. “Me gusta mucho actuar, me destaco o estoy más adentrada en la actuación hoy en día”, resalta.
Y en esa faceta, se destaca su debut en la televisión argentina, con la comedia Cazados, con fecha de estreno aún no definida. “El personaje que encarné allá, de una paraguaya, fue lo que me hizo encontrarme con el tema de ser actriz. ¡Esto es lo que me gusta mucho luego, había sido!”, enfatiza. “Me encanta actuar, me siento muy feliz en el escenario y dentro del humor también”.
Para Clara, la televisión actual “está buscando mucho cuerpo y yo estoy esperando nomás porque esto tiene también su tiempo de vencimiento”, subraya. “Porque a la gente ciertas cosas le cansa también. Está bien que uno se guarde también y no pierda la esperanza”.
-Actualmente integrás el jurado del reality infantil Pequeños gigantes. ¿Extrañás hacer humor en TV?
-Veo una luz en el camino… La gente se pasa diciendo: ‘Mirana un poco, si estaba Telecomio…, ‘¿Por qué no hacen otra vez?'. Bueno, si fuera por mí… yo lo intenté miles de veces. Inclusive antes de entrar a Pequeños gigantes había un proyecto de volver a juntarnos para hacer netamente parodias otra vez, que es nuestro fuerte, pero no se dio.
-¿Encontraste una explicación a eso?
-Creo que, más que nada, los medios y las empresas tienen un poco de temor porque son muchos los factores… en cuanto a la ubicación del humor en sí… que les bajen la caña o que se enojen ciertos sectores, o porque está muy fuerte el entretenimiento.
Con Pequeños gigantes se demostró también que la diversión sanaba, ver a los niños sin tener que hacer mucho escándalo también es atractivo a la familia. Entonces vuelve a nacer la posibilidad de que regrese el humor.
-¿Alguna vez te mareó la fama?
-Sí. Todos nos mareamos cuando nos vamos a la tele. Eso es luego imposible de negarlo. Uno cuando se va la tele… es una sensación diferente a estar solamente en el teatro o hacer algunas cosas. La tele te expone muchísimo, porque te conoce muchísima gente, entonces uno tiene que cuidar mucho también los valores de la familia. Te ayudan a tranquilizarte un poco, que fue lo que me pasó a mí.
-¿Te pasó en el momento de mayor repercusión?
-Fue en una etapa mía cuando estuve flaquita y se lanzó Telecomio. “¡Qué flaca que eras!”, me dicen. También mi estado era insoportable. Creo que lo espiritual me ayuda mucho a bajar unos cambios. Tuve mis temporadas de un poco ‘jejapo’, pero yo misma corrí de mí en varias ocasiones.
Separada de su exmarido (el músico y compositor Mike Cardozo, ex La Secreta), Clara reinicia su vida con quietud y esperanza. “Me siento muy feliz, me siento realizada. Yo pensé que iba a tener otras pretensiones en la vida, pero creo que hay que tener paciencia y estar pendientes y atentos a lo que uno tiene que hacer”, reconoce. Su prioridad hoy son sus tres hijos.
-¿Fue difícil superar la separación?
-Eso fue muy fuerte para mí, el año pasado, porque yo soy de las que piensan 'me caso para toda la vida' y chau… Es el pensamiento que mis padres me inculcaron. Yo no me quise casar para separarme, pero bueno… se dieron las cosas así. Pero hoy por hoy estamos muy bien, tratando de ser amigos, más que nada por los niños, porque él también es un artista y está buscando también su camino. Tenemos una buena comunicación, cosa que también me ayuda muchísimo a estar tranquila.
Después de terminar la temporada de Ñandericopáta kapelu, en la ciudad de Coronel Oviedo, Clara Franco integrará la comedia Risaterapia 3, donde compartirá cartel con las actrices Letizia Medina y Blanca Navarro.
Mientras tanto, disfruta de la contención de los suyos y de la tranquilidad que solo su San José de los Arroyos natal parece brindarle.