“Cementerio maldito”, mascotas de muy mala compañía

AUSTIN. El perro es el mejor amigo del ser humano y el gato uno de sus cómplices más fieles y cariñosos, pero cuando aparece el toque de Stephen King, como en la nueva película “Cementerio maldito”, hasta las mascotas son animales de muy mala compañía.

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“Creo que, en el fondo, Cementerio maldito trata del duelo y de la muerte. Y, desafortunadamente, este es el miedo más universal y reconocible que todos tenemos”, indicó a Efe Kevin Kölsch, codirector junto a Dennis Widmyer de este thriller psicológico y terrorífico que se estrenó en el pasado Festival South by Southwest (SXSW) de Austin (EE.UU.) y que llega a los cines este viernes.

Jason Clarke, Amy Seimetz y John Lithgow, además de la sorprendente y talentosa niña Jeté Laurence, encabezan el reparto de esta nueva adaptación de la novela homónima de Stephen King, publicada en 1983, tras la versión cinematográfica que en 1989 presentó la cineasta Mary Lambert.

En Cementerio maldito, un matrimonio y sus dos niños se mudan a una preciosa zona rural de Maine (EE.UU.), pero muy cerca de su casa, y escondido entre el bosque, descubren un cementerio de animales con asombrosos y escalofriantes poderes sobrenaturales para revertir las leyes de la vida y la muerte.

“¿Y si pudieras? No lo puedes dejar ir”, comentó Jason Clarke sobre los dilemas de una zona que, por muy siniestra que sea, alumbra la posibilidad de que te reencuentres con tus seres queridos ya fallecidos.

“Es muy fácil ser un moralista, pero qué harías realmente si te lo pusieran a ti y cómo te sentirías si tuvieras la posibilidad de traer a alguien de vuelta”, añadió el australiano, quien aseguró haber leído el libro original en numerosas ocasiones.

Clarke interpreta a Louis, un doctor que, por su formación, se muestra muy reacio a cualquier explicación no basada en la ciencia y lo tangible. Pero su escepticismo y confianza se van derrumbando poco a poco como un castillo de naipes.

“El público tiene que ir en ese viaje con él. Tenemos que suspender esa incredulidad. Jud (Lithgow) ya ha estado en ese viaje y la relación entre ellos se da muy fácil: 'No lo puedo explicar, pero el gato (muerto) ha vuelto, Louis. Simplemente acéptalo'”, explicó.

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Por su parte, Seimetz da vida a Rachel, una mujer atormentada por la muerte de su hermana cuando apenas era una niña.

“Fue una de las cosas más interesantes de aproximarse al libro y a esta adaptación. Lo que hablé con Kevin y Dennis fue explorar a Rachel como una persona que realmente quiere negar la muerte. No quiere que sus niños experimenten por lo que ella pasó cuando era joven porque eso realmente la destrozó”, indicó la intérprete estadounidense.

“Hay momentos muy intensos en los que ella realmente se culpa de toda la experiencia y quiere dejar eso de lado, deshacerse de eso, pero obviamente no puedes negar la muerte porque todos moriremos”, afirmó.

Evitando los trucos fáciles y apostando más por la creación de atmósferas y la escalada paulatina de tensión, Cementerio maldito juega la baza del terror emocional, especialmente relacionando la angustia con la familia y el luto, en lugar de sumergirse en baños de sangre o sustos repentinos y encadenados sin pausa.

“Debes conocer realmente el libro y, lo que es más importante, lo que Stephen King intenta decir, sus temas, cuál es la metáfora”, reflexionó el realizador Dennis Widmyer sobre el desafío de trasladar al cine la obra de uno de los novelistas más populares y exitosos de todo el mundo.

“Si puedes respetar eso y ser honesto con eso, puedes ser un poco más liberal con otras cosas porque, al final, estás contando fundamentalmente la misma historia central (...). Honestamente, no creo que King quiera ver que la gente transcriba (a la pantalla) su trabajo. Quiere que la gente adapte su trabajo y eso es lo que intentamos hacer”, finalizó.

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