Cannes desestructura la serie de televisión “Homeland”

CANNES. “Homeland”, la historia de un marine estadounidense rescatado de su cautiverio en Irak ocho años después de haber sido dado por muerto, encontró en Cannes un escenario de honor en el que desvelar algunos de sus secretos de creación.

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Dos de sus productores ejecutivos, Gideon Raff y Ran Tellem, y el presidente de la cadena Fox 21, Bert Salke, no adelantaron el desarrollo de la tercera temporada, pero sí que, más allá de alejarse de la controversia, siguen apostando por ella.

“Sin el 11-S no habría habido 'Homeland'”, reconoció Salke, orgulloso de un producto cuyos guionistas son “unos adictos a las noticias” y que, pese a no tomar como punto de partida lo que sucede en la realidad, han tenido la “suerte” de que lo narrado se haya visto en ocasiones seguido por la vida real.

Inspirada en la serie israelí “Hatufim-Prisoners of War”, de la que Raff fue creador, guionista y director, la adaptación se ha visto recompensada con seis premios Emmy y cuatro Globos de Oro, y afronta la tercera temporada, que se estrena a finales de septiembre, con la necesidad de “reinventarse”.

“Esta gente, Raff y Howard Gordon, tiene la responsabilidad de que vuelva a ser algo grande”, indicó Salke en una conferencia de prensa, en la que no obvió que sus creadores están volcados e implicados en mantener a su audiencia.

El creador de la serie original admitió que no sabe cómo le vino la idea, pero que una vez que dio con ella, no podía creerse que a nadie se le hubiera ocurrido antes.

“Al principio fue muy controvertido, pero una vez que la gente vio que trabajamos con respeto, siguió siendo controvertido, pero solo en torno a la serie, no sobre al poder tratar el tema o no”, indicó en esa comparecencia.

Adaptarla a la sensibilidad estadounidense requirió tomar el formato original, “descomponerlo”, según Tellem, y analizar qué parte funcionaba hasta dar con un producto que, a su juicio, “debería convertirse en un modelo de adaptación”.

La profesionalidad de sus guionistas, en ese sentido, no fue desaprovechada: “Creo que el más joven -destaca Salke- tiene 46 años. No significa que no haya lugar para voces más jóvenes, pero la experiencia lo es todo”. Y tampoco importó que no se partiera de un concepto original, porque en su opinión, “cuando gente quieres contar una historia, no te importa si no la has creado. Si eres bueno, ya tendrás tiempo”.

El coste de la producción de toda una temporada de “Hatufim” no alcanza ni para medio capítulo de su versión estadounidense, pero en ambas el secreto reside, más que en el presupuesto, en la calidad de la idea.

“Una buena historia es una buena historia, y la puedes hacer tanto con un presupuesto israelí, como con uno estadounidense”, subraya Raff, que se toma como prioridad el mantener ese nivel en la siguiente temporada.

Salke adelanta solamente que sus guionistas, dure lo que dure la serie, tienen claro el “macro sentido” de la historia que quieren contar, y no esconde tampoco que en el proceso de creación acaban influyendo las opiniones de sus actores. Y, aunque el nuevo proyecto de Raff también va a estar ambientado en Oriente Medio, su creador asegura que no es tanto por aprovechar lo aprendido en esta serie, sino porque él, nacido en Jerusalén, se siente “fascinado” por esa zona y por el existente “ choque cultural”.

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