La película autobiográfica de Almodóvar destacaba entre las favoritas, pero al director español se le escapó por sexta vez el grial del séptimo arte.
Ni siquiera estuvo presente en la ceremonia de entrega de premios, anunciados por el director mexicano Alejandro González Iñárritu, presidente del jurado.
Brasil dio la sorpresa: Bacurau, dirigida por Kleber Mendonça Filho y Juliano Dornelles, recibió el premio del jurado, ’ex aequo’ con la francesa Los miserables.
La película Parásito, dirigida por Bong Joon-ho, era también una de las grandes favoritas de la crítica. El título es una irónica referencia a una familia de desempleados que malvive en un sórdido subsuelo sin apenas dinero para comer.
Con una buena dosis de ingenio, se las arreglan para trabajar en una majestuosa mansión, al servicio de una familia de burgueses crédulos.
Nada sucede como esperado en esta tragicomedia que retrata con picardía las insalvables diferencias entre clases, arrancando risas y a la vez invitando a la reflexión sobre la injusticia social.
Bong Joon-ho ya compitió por la Palma de Oro en 2017 con Okja, una superproducción de Netflix.
La franco-senegalesa Mati Diop, primera mujer negra africana en competir por la Palma de Oro, ganó el Gran Premio con Atlántico, una película social con toques fantásticos que aborda el drama de los migrantes en Dakar.
Antonio Banderas, de 58 años, recibió la distinción a la mejor interpretación masculina por su papel de Salvador Mallo, un consagrado cineasta en plena crisis de creación, que en realidad corresponde a la persona de Pedro Almodóvar.
Al recibir el galardón, Banderas se lo dedicó al director español, con quien ha trabajado durante 40 años, la primera vez en Laberinto de pasiones.
“Lo respeto, lo admiro, lo quiero, es mi mentor”, dijo el actor, asegurando a la vez que era su “noche de gloria”.
Banderas, que actúa junto a Penélope Cruz en la película, explicó en Cannes que para este papel “partió de cero” , poniéndose “a las órdenes” del cineasta.
Por su parte, Bacurau narra la historia de un pueblo autóctono de Brasil acechado por un grupo de asesinos estadounidenses.
Sus directores contaron a la AFP que su película es también un mensaje de “resistencia” frente al gobierno del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro.
“Debemos unirnos para soportar la locura que se está dando ahora” con Bolsonaro, dijo Mendonça, que en 2016 ya compitió por la Palma de Oro con Aquarius.
Los hermanos belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne, que ya cuentan con dos Palmas de Oro, se alzaron con el premio a la mejor dirección por El joven Ahmed.
La cinta cuenta la historia de un joven de 13 años en Bélgica, musulmán en una familia abierta pero que, fascinado por el ejemplo de un primo muerto en la yihad, cae en el radicalismo islamista.
Luc Dardenne dijo que la película era “una oda a la vida en estos tiempos sombríos”, de “crispación religiosa”.
De las cuatro directoras en liza, además de Diop, la francesa Céline Sciamma convenció con Retrato de una mujer en llamas, una historia de un amor prohibido entre dos mujeres en el siglo XVIII. Se llevó el premio al mejor guión.
En cambio otros pesos pesados como el británico Ken Loach y los estadounidenses Quentin Tarantino y Terrence Malick se fueron con las manos vacías.