“Agrega un elemento más a la fórmula con la que uno trabaja. Cuando hay niños, hay que ponerse en el lugar de un chico y que quizás no entienda”, admitió el director en Miami, adonde arribó para presentar el largometraje en el festival de cine de esa ciudad de Florida.
El cineasta afirmó que a ese nuevo registro se sumó la complejidad técnica que implica una película de dibujos animados, todo lo cual ha merecido que Metegol sea “de lejos” la película más difícil de su carrera.
“El área de proceso creativo de una película (animada) es totalmente al revés que en el cine en vivo. Quizás un director con experiencia en animación lo toma como natural, pero empezar por el montaje es contranatura”, agregó.
La cinta, galardonada en la última edición de los premios Goya como Mejor Película de Animación, representó también para el director un intento por rescatar las formas de hablar y la identidad cultural de su país.
“Están faltando algunos productos locales nuestros. Mi hijo habla a veces como un mexicano, porque habla con los términos del doblaje”, indicó. “Los niños de todo el mundo ven los mismos dibujos animados, la misma dinámica y el mismo lenguaje cinematográfico”, añadió.
Metegol narra la historia de Amadeo, un niño que tiene la gran habilidad de ganar a todos en el clásico juego, hasta que un día Mato Grosso, un joven del pueblo y convertido en el mejor jugador de fútbol del mundo, regresa para vengarse de Amadeo e intentar vencerlo.
Con esta cinta, el director, que en 2010 logró hacerse con un Oscar a la Mejor Película Extranjera por El secreto de sus ojos, intentó transmitir a los jóvenes de hoy “que ganar a cualquier costo no vale”.
Campanella recordó que para el estreno de la película, cuyo presupuesto ascendió a 20 millones de dólares y es por ahora la más cara en la historia del cine argentino, capitaneó una iniciativa para hacer frente a la piratería. Sobre ello, señaló que es necesario encontrar fórmulas para que la industria cinematográfica vuelva a conseguir una estabilidad económica y salga de la actual crisis que padece.
“A veces pienso si el cine fue un invento que surgió en el siglo XX, que duró 150 años y que ahora todo se va a consumir por computadoras. Hay gente que quiere ver las películas justo cuando se estrenan y las roba”, dijo, en alusión a la piratería. “Si en eso se va a convertir el cine, a mí personalmente no me interesa”, agregó.