George Lucas, de 80 años, fue recibido con una larga ovación en pie en el Gran Teatro Lumière, que sonó incluso más fuerte que la icónica banda sonora creada por John Williams para las aventuras de Luke Skywalker y compañía. A los estruendosos aplausos, Lucas respondió saludando y levantando el pulgar.
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Ya desde su primer minuto, la ceremonia de clausura -que también sirvió para coronar a “Anora”, de Sean Baker, como el mejor filme de esta 77 edición- estuvo dedicada al creador californiano, al arrancar con un rótulo de letras amarillas que desaparecía en los confines del universo al igual que las películas de “Star Wars”.
"Es un honor de recibir este premio de Francis", dijo Lucas en el escenario, tras la aparición sorpresa de Coppola para entregarle la Palma honorífica.
El director de “El padrino”, que se quedó él mismo sin premio en esta edición del certamen francés con su extravagante “Megalópolis”, aseguró que era “excepcional” estar allí “para rendir homenaje a la imaginación, el éxito y la perseverancia” de su amigo.
Contó cómo se conocieron en la época de la universidad y que Lucas fue al rodaje de su primer largometraje de estudio en camiseta. Cuando él le preguntó que qué miraba, el que también se convertiría en productor de sagas como “Indiana Jones” le respondió simplemente: “no mucho”.
“Ha marcado la historia del cine, del guion, del cine comercial”, señaló también Coppola sobre Lucas, “y ahora continúa en el país donde nació” el séptimo arte, en referencia a Francia y a los hermanos Lumière.
También recordó que en su carrera hubo momentos tristes como cuando Lucas fue rechazado para adaptar “Flash Gordon”. Decidió entonces, rememoró Coppola, hacer su propia película de acción espacial, que pensaba titular “batalla de estrellas” o algo así.
Sobre Coppola, Lucas aseguró que es "un gran hermano" que siempre le ha apoyado.
"Agradezco todo lo que ha hecho siempre por mí", agregó.
El realizador de “American Graffiti” agradeció al Festival de Cannes por el “honor” de recibir este galardón y se acordó en su discurso de sus colaboradores habituales, como el editor cinematográfico y diseñador de sonido estadounidense Walter Murch.
La víspera, George Lucas había ofrecido ya una charla en Cannes, en la que aseguró que el secreto de su carrera ha sido la “persistencia” y la pasión por hacer películas, algo que le interesaba mucho más que hacer dinero.