En la película “Descansar en paz”, el protagonista (Joaquín Furriel) resulta herido en el atentado con coche bomba contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) ocurrido el 18 de julio de 1994, y aprovecha esta situación para desaparecer y comenzar una nueva vida en Paraguay, por lo que su esposa (Griselda Siciliani) y el resto de su familia le dan por muerto.
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“La novela llegó a mis manos y vimos que había una historia, pero siempre que se hace una adaptación, hay dos obras basadas en la misma temática. La literatura es literatura y el cine, cine”, afirmó ayer Sebastián Borenzstein, que presentó la película en la sección oficial a concurso del 27 Festival de Málaga, en el sur de España.
En el libro, el protagonista "era más ingrato", porque en ese atentado no resultaba herido, pero "arrojaba su maletín a los escombros" para que se le diera por muerto, y el director consideró que "eso era muy poco empático".
También su esposa en la novela era "un personaje mucho más mentiroso y especulador, una mujer infiel desde el primer minuto", e intentó hacerlos a ambos "un poco menos odiables".
"El escritor no intervino en la adaptación. Siempre es bueno mantener lejos al autor original de una novela, lo digo por experiencias anteriores. Al autor siempre le cuesta entender que una adaptación empieza por su propia mente, aceptando que su obra es una cosa y la película, otra", dijo el director de la cinta.
"Todas mis películas son muy argentinas y están ancladas en contextos políticos y sociales", aseguró Borensztein, que cree que esta "refleja la idiosincrasia" de su país y la razón "por la que se pone en pie una y otra vez".
Sobre los recortes al cine anunciados por el presidente argentino Javier Milei, considera que "es un error pensar que se superan los déficit con recortes a la cultura o que la cultura le arrebata los recursos a los jubilados o los comedores populares".
"Si el país cercena estos recursos, lo pagará en el futuro, porque cercena una parte importante de su propia identidad", advirtió el cineasta, quien aseguró que encontrarán "el camino para seguir haciendo cine, le pese a quien le pese", y estos recortes "no van a conseguir que la industria del cine desaparezca".
Por su parte, Joaquín Furriel considera “muy estimulante a nivel interpretativo la película”, porque el suyo “es un personaje, pero en realidad son dos”, y “es una cosa en Buenos Aires y otra quince años después en una situación de soledad y abandono”.
Para Griselda Siciliani fue “un placer poder construir diferentes momentos y estados de un personaje al que le cambia la vida rotundamente”, señaló la actriz, que considera “un regalo” este papel después de haberse dedicado a la comedia “casi toda la vida”.
Tras su paso por Málaga, la película llegará el próximo 27 de marzo a la plataforma Netflix.