En una entrevista con EFE, el director prefiere no hablar de sus directas competidoras en los Óscar, pues “siempre hay un componente misterioso y no sabemos realmente lo que están pensando los académicos, porque desde que los premios se organizan alrededor de grandes campañas es muy difícil tener una idea clara”.
Más allá del ruido que provocan estas campañas, el director de El orfanato cree que “todos los académicos tienen su reflexión más profunda en casa en el momento de votar, y ahí hay una parte de misterio que se nos escapa” y eso deja un rendija abierta a la sorpresa.
Bayona se siente orgulloso de La sociedad de la nieve, pues “desde que arrancó en el Festival de Venecia tuvo un recorrido bastante impresionante porque ganó todos los premios del público allá donde concursó en festivales, además de los 12 Premios Goya, y es la película más vista del año en Netflix, un filme en español subtitulado, reconocimientos que de alguna forma le dan alas en esa carrera hacia los Óscar.
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En última instancia, el director barcelonés considera que "la mejor herramienta es la propia película, porque allí donde se ve es donde recibe reacciones muy buenas", y Bayona es consciente de que "las opciones en los Óscar están muy en función de si conseguimos que los académicos" la vean.
Antes de su proyección en la plataforma Netflix, se estrenó en salas en España con 100 copias el pasado mes de diciembre y sigue todavía en la gran pantalla, "manteniéndose entre las diez películas más vistas de la semana, y ya ha tenido medio millón de espectadores, que es muchísimo para un título que se estrena solo en cien salas".
El director de Lo imposible atribuye ese éxito al hecho de estar contando en su idioma una historia real, con su acento, con actores locales por primera vez, basado en un texto uruguayo con un protagonista uruguayo, que denota, a su juicio, el esfuerzo del equipo por acercarse a la realidad para que el resultado sea lo más fiel posible a lo que sucedió.
El punto de partida, el libro homónimo de Pablo Vierci, ya ofrece, según Bayona, “una visión muy compasiva, en la que encuentra un lugar a cada uno de los personajes de la historia, independientemente de cuál fuera su destino”.
Juega a favor, piensa Bayona, la temática de la película, una historia de superación a través de la solidaridad, algo que resuena mucho en el espectador, sobre todo en el más joven.
"En el momento que vivimos de tanta separación y tanto conflicto, que haya una historia que habla de que el ser humano cuando se enfrenta a lo más difícil decide colaborar, ayudar y desde ese lugar conseguir lo que se pensaba imposible es algo que resuena muchísimo, porque vivimos en un mundo donde el discurso reinante es lo contrario", considera el cineasta.
Ganar el Óscar supondría para Bayona, por un lado, "el reconocimiento al grupo humano tan grande que hay detrás de esta historia", y desde un punto de vista cinematográfico, el premio a "un equipo que ha hecho un trabajo fabuloso en todas las disciplinas".
No tiene Bayona pensado un discurso ante la eventualidad de subir al escenario a recoger la estatuilla: "Los discursos siempre los vas elaborando durante la ceremonia y hay ese miedo de que tengas que salir a decirlo, pero al mismo tiempo las ganas también de salir a pronunciarlo, con lo que te instalas en una emoción un poco contradictoria".
El director barcelonés sí tiene claro que se lo dedicaría a la gente que está detrás de esta historia, además de al equipo técnico y artístico, y en ese camino hacia Los Ángeles siente "la presión de tener todo el cariño y el apoyo de España, pero también de Argentina, Uruguay y Chile, que son 3 países que han abrazado la película casi como si fuera propia".
Después del éxito que ya ha cosechado La sociedad de la nieve, Bayona se sacude la responsabilidad extra que tendrá en su próximo trabajo: “El nivel te lo marcas tú y creo que la autoexigencia es lo más importante para un director”.