El lunes “una turba israelí de derecha llegó a la casa de mi familia para buscarme y amenazó a familiares cercanos que huyeron a otra ciudad en mitad de la noche. Sigo recibiendo amenazas de muerte y tuve que cancelar mi vuelo de regreso a casa”, escribió el periodista en su cuenta de la red social X.
Abraham dirigió junto con el palestino Basel Adra el documental “No Other Land” (No hay otra tierra), que retrata la realidad de Masafer Yatta, un conjunto de aldeas palestinas en medio del desierto del sur de Cisjordania ocupada, cuya tierra Israel ha tratado de utilizar como zona militar.
El domingo, “No Other Land” ganó el premio al mejor documental del festival internacional de cine de Berlín y el Premio Panorama del Público, determinado por los votos de 24.000 espectadores.
En su discurso de premiación, Abraham hizo una crítica al gobierno de Israel y su ocupación en Cisjordania.
“Basel y yo tenemos la misma edad. Soy israelí; Basel es palestino. Y en dos días regresaremos a una tierra donde no somos iguales”, dijo Abraham.
“Vivo bajo la ley civil y Basel está bajo la ley militar. Vivimos a 30 minutos el uno del otro, pero yo tengo derecho a votar. Basilea no tiene derecho al voto. Soy libre de moverme a donde quiera en esta tierra. Basilea está, como millones de palestinos, encerrado en la ocupada Cisjordania”, continuó.
"Esta situación de apartheid entre nosotros, esta desigualdad, tiene que terminar", concluyó, mientras Adra denunció la “masacre” de palestinos en por parte de las fuerzas israelíes y las ventas de armas de Alemania a Israel.
Según Abraham, las amenazas de muerte y las agresiones contra su familia en Israel ocurrieron después de que medios israelíes y políticos alemanes etiquetaran su discurso de "antisemita".
"El terrible uso indebido de esta palabra por parte de los alemanes (...) vacía la palabra 'antisemitismo' de significado, y por lo tanto pone en peligro a los judíos de todo el mundo", escribió en X.
"Pero sobre todo, este comportamiento pone en peligro la vida del codirector palestino Basel Adra, que vive bajo una ocupación militar rodeado de colonos violentos en Masafer Yatta. Él corre un peligro mucho mayor que yo", añadió.
Esto ocurre en medio de las crecientes críticas internacionales contra el gobierno de Israel, el más derechista de la historia del país, y su guerra contra el grupo islamista Hamás que en cinco meses ha dejado casi 30.000 muertos en la Franja de Gaza.
También ha crecido el rechazo -incluso por parte de Estados Unidos, principal socio y proveedor de armas de Israel- contra la política de expansión de asentamientos israelíes en Cisjordania ocupada, que arropa a colonos violentos que agreden, matan o destruyen el patrimonio de los palestinos.
En 2022, después de una batalla legal de dos décadas, el Tribunal Supremo israelí dictaminó que Israel tenía derecho a la tierra de Masafer Yatta y que los aproximadamente 2.000 palestinos que vivían allí debían irse.
En tanto, Cisjordania e Israel viven su mayor espiral de violencia desde la Segunda Intifada (2000-05), y solo durante el año pasado, 4.000 palestinos, muchos de ellos niños, fueron desplazados en Cisjordania y Jerusalén Este ocupados, según OCHA, la agencia humanitaria de la ONU.