El pasado 20 de abril, Baldwin, quien ha mantenido la versión de que nunca presionó el gatillo del revólver de utilería que sujetaba, fue absuelto de los cargos de homicidio involuntario que se le imputaban.
Los fiscales especiales del caso, Kari Morrissey y Jason Lewis, desestimaron dichas acusaciones después de que se presentaran pruebas de que el arma había sido modificada antes de ser entregada en el plató de Rust, y se planteara la duda de si el arma funcionaba o no correctamente en el momento del tiroteo.
Morrissey y Lewis encargaron un nuevo examen forense del arma, que se había roto durante las pruebas del FBI, para determinar si el arma funcionaba o no correctamente en el momento del accidente y poder decidir si volverían a presentar cargos contra el actor.
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Este martes se hizo público el informe presentado por el experto en armas Lucien C. Haag, quien tras la reconstrucción de la pistola determinó que pese a las negaciones de Baldwin, “el gatillo tuvo que ser apretado o presionado lo suficiente” para que fuera disparada.
"Este incidente mortal fue consecuencia de la retracción manual del percutor hasta su posición totalmente retrasada y amartillada, seguida, en algún momento, del tirón o depresión hacia atrás del gatillo", se lee en el informe, recogido por los medios estadounidenses.
Los fiscales habían declarado en el pasado que si se comprobaba que el arma funcionaba correctamente, Baldwin volvería a ser acusado. Según el periódico Los Angeles Times, el fiscal Morrissey indicó este martes que su oficina todavía estaba recopilando información de cara a una posible nueva acusación.
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El pasado 2 de agosto, la jueza Mary Marlowe Sommer, del Tribunal de Distrito del estado de Nuevo México (EE.UU.), rechazó la moción presentada por la defensa de la armera de la película Hannah Gutiérrez-Reed para desestimar su implicación en el polémico caso.
Gutiérrez-Reed está acusada de homicidio involuntario y manipulación de pruebas.