Las 19 aspirantes a los Osos, sobre las que decidirá el jurado presidido por Kristen Stewart y con la directora española Carla Simón entre sus miembros, son un exponente de distintas “crisis actuales”, según avanzó el director de la Berlinale, Carlo Chatrian, al presentar su programación.
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El festival pretende ser una “ventana al mundo”, con varias películas a concurso volcadas en la infancia, como la española “20.000 especies de abejas”, de Estíbaliz Urresola, en torno a una niña transexual, o “Totem”, de la mexicana Lila Avilés.
La inaugural “She came to me”, fuera de concurso, aportará el tono ligero, con Rebecca Miller en la dirección y Anne Hathaway en el reparto.
En los días siguientes desfilarán las aspirantes al Oso, alternadas con invitados especiales y homenajeados, como el actor y director estadounidense Sean Penn, que estrenará “Superpower”, y su compatriota Steven Spielberg, que recibirá el Oso de Oro de Honor.
“Superpower” es el esperado documental que Penn y Aaron Kaufmann empezaron a rodar en Ucrania en 2021 y que les convirtió en testigos del inicio de la invasión rusa, el 24 de febrero de 2022. El presidente Volodimir Zelenski es su figura central y se espera asimismo su intervención virtual ante la Berlinale.
Kristen Stewart, con 32 años la presidenta del jurado más joven de la historia del festival, tendrá entre su equipo a Carla Simón, quien vuelve a Berlín tras haber ganado en 2022 el Oso de Oro con “Alcarrás”, y el rumano Radu Jude, ganador del máximo premio en 2021 con “Bad Luck Banging or Loony Porn”.
La selección de las aspirantes a los Osos incluye muchos representantes del cine independiente y nombres jóvenes, como las mencionadas directoras española y mexicana.
De Portugal competirá “Mal Viver”, de Joao Canijo, director presente además en la segunda sección del festival, “Encounters”, con el contramolde de la anterior, “Viver mal”.
Habrá cinco representantes alemanas, entre ellas “Music”, de Angela Schanelec, e “Ingeborg Bachmann”, de la veterana Margarethe von Trotta y con Vicke Krieps en el papel de la gran escritora austríaca, viajando por el desierto tras su ruptura con Max Frisch.
Otro alemán, Christian Petzold, vuelve al festival del que es asiduo con “Roter Himmel”. Es un filme con aire de continuidad de “Ondina”, interpretado también por Paula Beer. Completan la representación del cine anfitrión Christoph Hochhäusler y Emily Atef.
Aportará una dosis de ironía “Blackberry”, sobre el auge y caída de estos teléfonos inteligentes, dirigida e interpretada por el canadiense Matt Johnson. Por parte británica concursa “Manodrome”, dirigida por John Trengove y con Adrien Brody y Jesse Eisenberg.
De Francia llegará el siguiente golpe de realidad, “Sur l’Adamant”, en que Nicolas Philibert se sumerge en el día a día de un centro de día para discapacitados. El otro francés a concurso es “Le grand Chariot”, con Philippe Garrel incidiendo en su familia.
Completa el ciclo europeo la franco-italiana “Disco Boy”, un duro filme dirigido por Giacomo Abbruzzese con el alemán Franz Rogowski interpretando a un desarraigado enrolado en la legión francesa.
Del cine asiático proceden dos filmes de animación: la japonesa “Suzume”, de Makoto Shinkai, y “Art College 1994″, de Liu Jian, que se añadió a la selección en el último momento. La estadounidense “Past Lives”, de Celine Song, recorre el periplo amoroso de una surcoreana -Greta Lee-, de continente en continente.
Dos australianos -“Limbo”, de Ivan Sen, y “The survival of Kindness”, de Rolf de Heer-, y la china “The shadowless tower”, de Zhang Lu, completan la lista de aspirantes.
Golda, Seneca y Boris Becker
Tres producciones fuera de concurso traerán a la alfombra roja algo de impacto mediático. Se espera a Helen Mirren, protagonista de “Golda”, el film centrado en la primera ministra israelí Golda Meir.
La proyección de “Seneca” aportará la presencia de John Malkovich, mientras que para el estreno del documental “Boom! Boom! The world vs. Boris Becker” se espera la del exastro alemán del tenis, tras pasar ocho meses en una cárcel británica por problemas financieros.
La Berlinale aspira a recuperar este año su sello de identidad: el de festival abierto al público que, con excepción de los años de la pandemia, vendía 330.000 entradas.