Petersen (Emden, Alemania, 1941) deja un importante legado vinculado a la industria de Hollywood que se inició con Das Boot (1981).
Con este filme sobre los buques submarinos durante la Segunda Guerra Mundial, protagonizado por Jürgen Prochnow, consiguió una candidatura al BAFTA y seis nominaciones al Óscar, entre ellas a la mejor dirección y al mejor guion adaptado.
Desde entonces, el cineasta fue un asiduo en Hollywood con películas que tuvieron una gran aceptación, como es el caso de La historia sin fin (1984).
Dirigida y coescrita por Petersen, esta cinta cuenta las aventuras del pequeño Bastian (Barret Oliver) entre la realidad y un mundo de fantasía.
Antes, su carrera había comenzado con cortometrajes y películas que se exhibieron en la televisión alemana durante las décadas de 1960 y 1970.
A caballo entre las producciones de acción, thriller, y el cine fantástico, Petersen estuvo detrás de títulos tan reconocibles como Enemigo mío (1985), Shattered (1991), En la línea de fuego (1993), Epidemia (1995), Avión presidencial (1997), La tormenta perfecta (2001), Troya (2004) y Poseidón (2006).
Las filmaciones de películas de acción en estudio, que en la época requerían de una técnica compleja, eran uno de los puntos fuertes de Petersen, quien se convirtió en un cineasta muy solicitado incluso por actores de élite que querían trabajar con él.
George Clooney, Morgan Greeman, Clint Eastwood, Glenn Close, Harrison Ford, Renee Russo, Brad Pitt, Diane Lane y Dustin Hoffman encabezan la extensa lista de célebres intérpretes que se pusieron a las órdenes del director alemán.
Los actos fúnebres tras el fallecimiento de Petersen se celebrarán en privado por decisión de su esposa, Maria Antoinette, y su hijo, Daniel.