Más de 600 piezas, entre fotografías, atrezzo, vestuario, planes de rodaje, maquetas, claquetas, guiones y cuadernos de notas forman parte de esta exposición. También se podrán observar storyboards y correspondencia, además de una selección de material audiovisual y un cuidado trabajo para reconstruir el ambiente de sus películas.
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Esta muestra permitirá a los visitantes fantasear con las misteriosas máscaras con las que jugaban Nicole Kidman y Tom Cruise en “Ojos bien cerrados” (”Eyes wide shut”), pararse frente a la supercomputadora de “2001: odisea en el espacio”, la HAL 9000 y recorrer el emblemático pasillo de “El resplandor”.
El productor Rafael Giménez detalló, en una rueda de prensa, que la muestra está pensada tanto para seguidores del director como para el público en general, ya que ofrecen “una oportunidad para acercarse al artistas”. Por otro lado, habló de las dudas que plantea el actual escenario de la pandemia del covid-19.
“El año pasado con Banksy mostramos que se puede tener un ocio seguro con todas las medidas de seguridad, mascarillas, control de aforo y distanciamiento social, y queremos mandar un mensaje de normalidad en pleno momento de cambio de la situación”, ha subrayado el responsable de la empresa Sold Out, que organiza la muestra conjuntamente con el CBA.
Sus inicios como fotógrafo
La primera parte de la exposición arranca con sus inicios como fotógrafo de la revista Look. Fue su padre, Jakob Kubrick, quien le regaló su primera cámara Graflex al cumplir 13 años; poco antes le había enseñado a jugar al ajedrez, dos aficiones que moldearían su mente y su manera de mirar al mundo.
La primera fotografía que publicó fue la de un vendedor de periódicos que ilustraba la muerte de Roosevelt. Junta a ella, instantáneas de sus primeros reportajes, boxeadores, músicos de jazz, universitarios, Frank Sinatra y de sus primeros cortos documentales.
En la misma sala se estructuran materiales de sus primeros proyectos cinematográficos, realizados e inconclusos, en torno a sus ideas sobre el espacio y el tiempo, la palabra, el deseo o la guerra.
Desde su primer largometraje, “Miedo y deseo” (1953), sobre la situación desesperada de una patrulla militar en líneas enemigas; sus incursiones en el cine negro, “El beso del asesino” (1955) y “Atraco perfecto” (1956), a la mítica “Senderos de gloria” (1957) que le unió a Kirk Douglas con quien repetiría en “Espartaco” (1960).
Del rodaje de esa superproducción que pasó por Madrid en su última fase hay fotografías, testimonios de técnicos como José López Rodero y Julio Sempere y puede verse también la secuencia de la gran batalla final rodada en Colmenar Viejo (Madrid).
La comisaria Isabel Sánchez ha recordado que Kubrick no era amigo de desplazamientos y viajes, siempre procuraba rodar cerca de Londres, donde residía, pero en esa ocasión hizo una excepción.
Proyectos inconclusos
Más desconocido pero igualmente profuso es el material de proyectos que no llegó a realizar como “Los papeles arios”, sobre el Holocausto, y que incluye anotaciones para el guion, planes de rodaje, fotografías de localizaciones y diseños de vestuario. Se dice que lo abandonó de forma definitiva cuando Spielberg estrenó “La lista de Schindler” (1993).
O su proyecto sobre Napoleón, que tampoco llegó a ver la luz, del que puede verse por ejemplo la amable carta de rechazo de Audrey Hepburn, a quien Kubrick había ofrecido el papel de Josefina.
La segunda parte del recorrido se centra en sus grandes películas a partir de “2001: odisea en el espacio” (1968), punto de inflexión en su carrera. El disfraz del simio Moonwachter, los trajes de astronauta o la escultura de El Niño de las Estrellas son algunos de los objetos seleccionados.
También la mesa del Korova Milk Bar de “La naranja mecánica” (1971), los trajes de Marisa Berenson en “Barry Lindon” (1975), los vestidos de las gemelas de “El resplandor” (1980), el caso de Bufón en “La chaqueta metálica” (1987) o la capa del doctor Bill Harford en la secuencia de la orgía de “Eyes Wide Shut” (1999).
La exposición ha pasado en los últimos años por ciudades como Los Ángeles, Seúl, Sao Paulo, Melbourne, Toronto, Berlín, París o Londres y ha recibido más de un millón y medio de visitantes.
En Madrid se completará con otras actividades como conferencias y un ciclo en el que se proyectarán once de sus trece largometrajes en el Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes.