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Con una vasta trayectoria en el teatro, el cine y la televisión, el actor argentino Gerardo Romano se sumó a la producción de “Charlotte”, la película dirigida por Simón Franco que sigue en las salas de cine, motivado por la posibilidad de actuar junto a Ángela Molina.
“Yo la veía a ella con su historia cinematográfica a cuesta tan rica, tan vasta, que trabajó con directores tan valiosos, con productos tan importantes que me generó una empatía previa muy importante”, comentó el artista y recordó que estuvo varios días en nuestro país para el rodaje.
“Fue interesante el encuentro actoral con ella porque es alguien con mucha experiencia y que para mí tiene como una representación simbólica muy fuerte”, añadió.
El actor afirmó además que tiene grandes amigos en nuestro país y “una profunda admiración por la historia del pueblo paraguayo”. “Fundamentalmente por un hecho puntual que es la Guerra de la Triple Alianza, la Guerra del Paraguay que se le llama usualmente, tan costosa y dolorosa, pero que es una bisagra en la historia de los pueblos hermanos de América del Sur”, acotó.
Antes de la gala, celebrada el pasado 3 de octubre en Madrid, España; el actor argentino celebró además la posibilidad de haber podido reiniciar su actividad teatral en Buenos Aires con la obra “Un judío común y corriente”, que lleva siete temporadas en el off porteño. Destacó como tras el confinamiento la gente “está llenando los teatros” y los bares y restaurantes se han expandido hacia las veredas y tomado parte de las calles. “Ha habido como una anexión imperialista de la casa a la calle”, expresó.
En este sentido, destacó que “una de la cosas positivas de la pandemia fue la de generar un espacio de interacción afectuoso, cálido”, a través de estos lugares de encuentro.
No descartó la posibilidad de llegar a Paraguay con su obra teatral, señalando que la misma aborda un tema muy universal, que es el Judaísmo luego del Holocausto. “Es la historia de un judío que encarno yo, que tiene mi edad biológica real, que vive hoy en día en Hamburgo, en Alemania, y tiene que convivir con los nietos de los genocidas, o de aquellos alemanes que les tocó en suerte el ser sujetos activos de la práctica social genocida. Lo que significa ser un judío y el padecimiento de ese Vía Crucis que significó el nazismo”, detalló.
Maradona, sueño bendito
Romano también formará parte de la serie “Maradona, sueño bendito”, que el próximo 29 de octubre será estrenada por Amazon Prime Video. Romano señaló que esta es la segunda producción que realiza para una plataforma de streaming y destacó el gran nivel de producción que conllevan estas series.
“Vienen a resignificar, como dicen los psicoanalistas; a reconvertir el proceso de ficción televisiva, que antes estaban producidos por los canales de televisión y ahora lo hacen estas grandes transnacionales de la cultura que son las plataformas y que generan una posibilidad, con su dimensión, de hacer unas producciones que serían imposibles de reunir sin la magnitud industrial y financiera que tienen”, expresó.
En este sentido, destacó que al llegar al rodaje en la locación estaban dispuestas unas 60 casas rodantes. “Encontrarse con semejante dimensiones, los costos, los números son tan otros. Lo de Maradona es algo que me excede, ver el elenco, la cantidad, la dimensión”, agregó.
Anticipó que el suyo “es un personaje denso” ya que se trata de un adicto al clorhidrato de cocaína, que se convierte en el compañero de consumo de Diego Maradona.
“Luz en las asimetrías”
“Lo que me motiva es cuando una historia acerca luz en las asimetrías y trata de restablecer o compensar, con la mirada que tiene la obra, cierta injusticia que generan las relaciones humanas”, respondió el actor, ante la pregunta sobre las razones para elegir interpretar a un personaje.
El artista, que ha participado en películas como “La fuga”, “Me casé con un boludo”, “La cordillera” y series como “El jardín de bronce” y “El marginal”; afirmó que parte de esta búsqueda tiene que ver con una cuestión generacional.
“Como pertenezco a una generación que en Latinoamérica, y en Argentina también como parte de Latinoamérica, que fueron los años ‘70. Es una generación que tuvo una mirada progresista, integradora, justiciera, que buscó la igualdad en las relaciones humanas. Una obra muy humanista que fueron los ‘70 y tengo esa marca de identidad”, agregó.