La cinta, exhibida en el programa Biennale College, parte de una premisa histórica: En 1532 el conquistador Francisco Pizarro captura al soberano inca Atahualpa en Cajamarca, la actual Perú.
Los incas ofrecieron un rescate en oro que nunca llegó a los españoles y Atahualpa fue asesinado. Según la tradición, estos decidieron esconder el tesoro, que sigue siendo buscado en el oriente ecuatoriano.
Avilés (Cuenca, 1988) explica a Efe que su primera intención fue "rehacer" la primera obra del cine ecuatoriano, "El tesoro de Atahualpa", una película muda de 1924 de Augusto San Miguel.
En su versión, Atahualpa es un muchacho que trabaja para una constructora hasta que decide cambiar de vida al enterarse de ese mito. Una tarde, después de que su novia dejara la ciudad, el protagonista siente un impulso que le hace acudir al oriente.
El director señala que una de sus intenciones ha sido plasmar la idea de que "hay algo escondido que nos pertenece y que de encontrarlo nos va a redimir", un pensamiento a su parecer "muy presente en la cosmogonía ecuatoriana".
"Pone la mirada en esos sueños de fortuna, qué historia tienen y adónde nos conducen, estos sueños de ambición, estas quimeras del oro (...) La búsqueda del oro puede ser una metáfora de muchas cosas, que están asociadas al capitalismo", sostuvo.
Avilés recuerda el duro rodaje que le llevó a él y a su equipo a grabar en lugares como Cotopaxi, Mindo, Santo Domingo, el Páramo del Ángel o los Llanganates, donde la leyenda sitúa el tesoro, muchas veces con jornadas de trabajo a 4.000 metros de altura.
Formado en la Universidad del Cine de Buenos Aires y en el centro de Elías Querejeta Zine Eskola de San Sebastián, España, el joven director ecuatoriano recibió 150.000 euros de la Bienal después de que su proyecto de "Al oriente" fuera aceptado.
Todo "un regalo" en un momento en el que, según lamenta, "es difícil conseguir dinero para una película", pero subraya que al final el resultado "superó nuestras expectativas", refiere, siempre recurriendo al plural para incluir a su equipo.
Y ahora se encuentra en Venecia para ver su película acabada en la pantalla del festival de cine internacional más antiguo del mundo y uno de los más prestigiosos, sin ocultar su alegría.