Aunque se ha dicho de él que es un optimista, para Jane Campion el director de La vida de es bella es más qué eso: “sabe que pasan cosas insoportables pero también de la importancia de creer en milagros”.
Un guiño a la película más conocida de Benigni (Castiglion Fiorentino, 1952), una tierna historia en medio del Holocausto escrita, dirigida y protagonizada por él mismo y que le valió numerosos premios en todo el mundo, entre ellos tres Óscar.
En una ceremonia a la que ha asistido el presidente de la República de Italia, Sergio Mattarella, Benigni ha subido al escenario emocionado y con “un sentimiento de amor y gratitud inmensos”.
"Esperaba recibir un gatito, pero un león... es el premio más prestigioso y luminoso con que puedes soñar", ha afirmado. Se lo ha dedicado a las personas que le ayudaron en sus inicios en el mundo del espectáculo. "Yo vengo de una familia de una pobreza aristocrática y ha sido mucha gente la que me ha ayudado", ha recordado.
También a todos los directores con los que ha trabajado entre los que ha mencionado a Bernardo Bertolucci, Costa Gavras, Jim Jarmusch, Federico Fellini, Blake Edwards o Matteo Garrone. Pero por encima de todo lo ha querido compartir con su mujer, la actriz Nicoletta Braschi, con quien ha asistido a la gala.
"Ni siquiera quiero dedicarle este premio, porque el premio es suyo. Nicoletta, sólo conozco una forma de medir el tiempo: contigo y sin ti", ha declarado.
Durante la ceremonia se ha presentado oficialmente a todos los miembros del jurado de esta edición del certamen, presidido por el coreano Bong Joon-ho que se ha confesado emocionado como cinéfilo por poder ver las 21 películas que compiten en la sección oficial, empezando esta noche por el filme de inauguración, Madres paralelas, de Pedro Almodóvar.