“(Del personaje de Anna he aprendido) la importancia de dejar ir un miedo, de dejar a un lado tus ansiedades y dirigir al miedo hacia otra dirección”, cuenta a Efe la actriz estadounidense en una entrevista a través de internet, unos días antes del estreno.
La ganadora de dos Globos de Oro (y siete veces nominada al Óscar) interpreta a Anna Fox, una mujer que arrastra una fuerte carga del pasado y que tendrá que luchar contra el mundo y contra sí misma para recuperar las riendas de su vida.
El próximo viernes 14 la plataforma ofrecerá a sus suscriptores este thriller de suspenso psicológico basado en la exitosa novela homónima de A. J. Finn que Tracy Letts adaptó para la pantalla y que está dirigida por Joe Wright (“Pride & Prejudice”, “Atonement”), quien también estuvo presente en la charla con Efe.
Producida por Fox 2000 (compañía adquirida por The Walt Disney Studios en 2019) la película llega año y medio después de lo esperado, ya que estaba previsto su estreno para octubre de 2019 pero tras probarla con público se decidió que había que hacer algunos cambios y grabar nuevas escenas.
Su estreno se retrasó hasta mayo de 2020 pero luego llegó la pandemia de coronavirus y el cierre de los cines, por lo que la película se quedó en una especie de limbo hasta que la plataforma Netflix decidió apostar por ella y adquirir sus derechos.
Con su primera novela A.J. Finn, seudónimo del editor Dan Mallory, se convirtió en un fenómeno editorial mundial. Hace tres años en un encuentro con la prensa en Barcelona contaba que escribió “La mujer en la ventana” después de ser diagnosticado de un trastorno bipolar, tras años tratado inadecuadamente de una depresión, inspirado también en su propia afición a mirar a sus vecinos desde la ventana en su pequeño piso de un barrio de Nueva York, mientras tenía el televisor encendido.
Allí se sitúa el casi único escenario de la película, una casa enorme de Manhattan con una larga escalera de caracol donde la psicóloga infantil Anna Fox permanece confinada por su agorafobia, atiborrada a fármacos que no duda en mezclar con alcohol.
“Interpretar a Anna fue un gran desafío emocional y físico. Creo que está lidiando con algo que es tan duro y la hace tan vulnerable…”, explica Adams. Y es que todos los problemas actuales de Fox tienen su origen en un trágico suceso del pasado que aún no ha podido asimilar.
Asomada a la ventana, dedica sus días, entre botella y botella de vino, a observar a sus vecinos, entre ellos a una familia que se acaba de mudar enfrente con la que entabla una particular relación.
Un día será testigo de un brutal crimen y a partir de ahí arrancará lo más profundo de su pesadilla, una catarsis que evidenciará que nada es lo que parece y que es el momento de superar todo o desaparecer.
Afrontar el “sentimiento de inutilidad” que tiene el personaje fue uno de los principales retos de su interpretación, cuenta Adams, ya que Anna Fox “siente lo que está sucediendo en el mundo” y quiere “hacer su parte en su propia comunidad”, pero está atrapada en su profundo agujero de tristeza.
En opinión de Wright, “más que de la salud mental” la película habla sobre todo del “estigma” existente en la sociedad de "evitar que se vea nuestra vulnerabilidad”. “Creo que la gente camina queriendo ser vista de alguna manera impenetrable y fuerte, eso es lo que quiere la sociedad. Creo que hay un estigma en torno a ser vulnerable y ser derribado”, opina el cineasta.
Y es que, “permitirse ser vulnerable en las relaciones personales, permitirse ser visto de verdad, requiere mucho tiempo y mucha práctica”, añade.
Aunque Adams es el centro de todo en el filme, el elenco de la película es otro de sus atractivos pues lo completan actores de la talla de Gary Oldman, Julianne Moore, Anthony Mackie, Fred Hechinger, Wyatt Russell, Brian Tyree Henry, Tracy Letts y Jennifer Jason Leigh.