Apenas el sol, que está rodada íntegramente en la lengua de los ayoreos, sigue a Mateo Sobode Chiqueno, un indígena que desde hace alrededor de 40 años recorre el Chaco paraguayo grabando en cintas magnéticas de casete las voces y las historias de otros ayoreos que como él fueron forzados a abandonar su territorio ancestral y asentarse en comunidades.
Ullón, que reside en Basilea (Suiza), explicó durante una entrevista con EFE que se enteró de la historia de los ayoreo, un pueblo indígena que trata de vivir en el Chaco paraguayo sin contacto con la civilización, a través de un artículo de periódico.
"Me movió mucho y empecé a investigar si otros paraguayos conocían esta realidad. Muy rápidamente me di cuenta de que su forma de vida está en constante riesgo. Los ayoreo pierden el hogar y no tienen ninguna posibilidad de recuperarlo. Y eso es muy desgarrador. Con ese hogar se pierde también la identidad, se va desdibujando. Su cultura es absorbida por otra", declaró.
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"Eso fue lo que más me tocó y me motivó a hacer un trabajo que llevó realmente muchos años porque necesitaba un proceso de investigación realmente profundo", añadió la cineasta.
Ullón, cuyo anterior documental, El tiempo nublado, narra la relación entre ella misma y su madre, que sufre de epilepsia y Parkinson, explicó que el rodaje fue lento en parte porque se hizo en ayoreo, un lenguaje que nadie en el equipo conocía.
"El proceso de filmación fue muy lento y muy detallado porque grabábamos y, al no saber lo que estábamos filmando, necesitábamos cortar en ciego para revisar con el traductor que hacía una traducción simultánea aproximada durante el proceso", dijo.
En un momento de la película, uno de los indígenas señala que vive en medio de dos mundos, el original de los ayoreo y en el que le ha forzado el hombre blanco. Para Ullón, lo que ese ayoreo expresa es "desgarrador" y a la vez algo central a su trabajo como cineasta.
"Eso es lo más desgarrador. Los ayoreo están atravesados y divididos. No terminan de pertenecer a este nuevo lugar, porque tampoco hay una voluntad de las sociedades envolventes de hacerlos parte. Viven al margen continuamente pero tampoco pueden volver a su vida anterior. Ahí es donde se genera ese dolor tan profundo de no pertenecer a ninguno de los mundos", dijo Ullón.
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Como paraguaya que dejó su país hace 13 años, Ullón reconoció que ese sentimiento de estar entre mundos es algo con lo que se identifica.
"El inmigrante, el desplazado, tienen ese corte. Yo no soy ya completamente paraguaya. Yo tampoco soy, ni siquiera empecé a ser, suiza. Y probablemente nunca lo sea. Pero por otro lado es importante recalcar que no puedo poner mi situación en el mismo nivel de lo que ocurre con los pueblos originarios porque esa es una brutal violencia", declaró.
"Aunque creo que los migrantes también son expulsados de sus países de alguna u otra manera, simplemente lo que ocurre en específico con el pueblo ayoreo fue un genocidio en su momento", añadió.
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Al mismo tiempo, la cineasta reconoció que vivir fuera de Paraguay le ayudó a "ver" su país.
"La distancia me ayudó a poder 'ver' a Paraguay en general. Uno de los motivos por los que me voy de Paraguay es que mi realidad socioeconómica no me permitía desarrollar actividades más intelectuales. Cuando me despego de Paraguay, cuando ya no estoy ahí, recién puedo mirarlo de una manera más intelectual", declaró.
Preguntada sobre qué solución se puede dar a los ayoreo, Ullón señaló que necesitan que se respeten sus derechos.
"Ninguno de ellos necesitaba ningún proceso colonial, como tampoco se necesitaba hace 500 años. Pero habiendo dicho eso, y como esto ya ocurrió, en el caso de los ayoreos específicamente creo que lo más necesario para mejorar su realidad es que puedan tener acceso a un fondo de defensa legal que sea estable", dijo.
“Se ven vulnerados todo el tiempo, por invasores de sus territorios y por la ausencia del Estado. Las leyes paraguayas contemplan los derechos de los pueblos originarios. Sin embargo, ninguna de ellas se respeta. Necesitan ese fondo que les permita acceder a profesionales que pueden hacer un trabajo continuo para recuperar su territorio y sus tierras”, terminó señalando.