Reñidísimos hasta el final y bastante repartidos, los Goya se decantaron en la recta final por Dolor y gloria, que se alzó con siete galardones: mejor película, dirección, guion original, actor protagonista (Antonio Banderas), actriz secundaria (Julieta Serrano), música (Alberto Iglesias) y montaje.
Es la tercera vez que Almodóvar hace el doblete de mejor película y mejor director después de Todo sobre mi madre y Volver.
Dolor y gloria competirá el 9 de febrero por el Óscar a mejor película internacional y hoy la Academia de cine español también anunció que representará a España en los Premios Ariel de México.
Tras la ceremonia y al ser preguntado por los Óscar, el cineasta aseguró que “no es más fácil ganar un Goya” que un premio de la academia de Hollywood, y que si no lo recibe “la vida sigue, tu trabajo sigue” y añadió que en la actualidad se encuentra “pletórico”.
Un protagonismo, el de Almodóvar, que se benefició de la ausencia de Pepa Flores, Premio Goya de honor, y a la que todos esperaban pese a que las posibilidades de que asistiera eran prácticamente nulas.
Incluso cuando su hija Maria Esteve anunció que su madre no asistiría a la gala y que serían ella y sus hermanas las que recogerían el Goya, ello no acabó con la esperanza de que la artista e icono infantil como Marisol acabara finalmente por aparecer en el Palacio de los Deportes Martín Carpena de Málaga (sur), donde se celebró la ceremonia.
Si había alguna posibilidad de que Pepa Flores abandonara el retiro que se autoimpuso en 1985 era que los Goya se celebraran en su adorada tierra natal malagueña, pero ni siquiera eso le hizo salir de esa invisibilidad buscada.
Los traumas que le generó su exitosa infancia como artista marcaron la vida de Pepa Flores hasta el punto de renunciar a su carrera profesional con solo 37 años. Y desde entonces su desaparición ha sido prácticamente total.
“Hace 30 años nuestra madre tomó la firme decisión de apartase de los focos para siempre y hoy, emocionada y superagradecida a la Academia y a los compañeros, nos está viendo sin perder detalle en un lugar tranquilo”, dijo Esteve, llena de orgullo.
La entrega del Goya de Honor fue introducida por Amaia Romero que cantó una dulce versión de Canción de Marisol y por la propia Celia Flores que interpretó un extracto de Estando contigo.
Fue uno de los numerosos momentos de una gala en la que Antonio Banderas bailó al ritmo del musical A Chorus Line, en la que Pablo Alborán ofreció una sentida versión de una conocida canción, Sobreviviré, y en la que el piano de Jamie Cullum acompañó elegantemente al recuerdo de los fallecidos del cine español en el último año.
Completando los premios principales, Belén Cuesta se hizo con su primer Goya a mejor actriz por La trinchera infinita y Banderas recibió el premio a la quinta nominación, emocionado y recordando que precisamente hoy se cumplen tres años del infarto que casi le cuesta la vida.
Con el patio de butacas en pie y jugando en casa el malagueño recogió el premio por su personaje de Salvador Mallo, director de cine inspirado en Almodóvar.
“Yo no podría entender mi carrera sin Pedro Almodóvar y también pensar cómo se produce: nos conocemos cuando la carrera de los dos comienza, un camino en Madrid en los años de la Movida... Son cuatro décadas -enfatizó Banderas-, cuarenta años que vamos a cumplir ahora y ocho películas”.
La otra gran favorita de la noche, Mientras dure la guerra de Alejandro Amenábar se llevó cinco premios, casi todos técnicos: mejor dirección artística, mejor dirección de producción, maquillaje y peluquería, y vestuario, además de mejor actor de reparto para Eduard Fernández por su general Millán Astray.
El palmarés incluyó igualmente a Lo que arde de Oliver Laxe, con los premios a mejor fotografía y mejor actriz revelación para Benedicta Sánchez, que a sus 84 años, recibió la noticia con su característica calma.
“La vida te da sorpresas y esta es una muy grande en mi larga existencia”, dijo.
Y en el apartado latinoamericano se cumplieron los pronósticos y el ganador fue La odisea de los giles”, de Sebastián Borensztein, con Ricardo Darín, Chino Darín y Luis Brandoni en el reparto.
Una comedia surrealista, con mucha crítica social y tono de fábula que batió a Araña, de Andrés Wood (Chile); Monos, de Alejandro Landes (Colombia), y El despertar de las hormigas, de Antonella Sudasassi (Costa Rica).