El ascenso de Skywalker, que se estrena este jueves en Paraguay, muestra el reparto más variado hasta ahora... aunque la audiencia reclama aún más representación.
La actriz británica Naomi Ackie, como la guerrera Jannah, se une a la actriz asiático-americana Kelly Marie Tran, que se convirtió en 2017 en la primera mujer no blanca en protagonizar la franquicia con Los últimos Jedi y que fue blanco de ataques racistas y sexistas en las redes sociales.
“Ser parte de un equipo de personas que lucen un poco diferentes, que son de lugares diferentes -en la forma que sea, género, raza o lo que sea- es un legado del que estar orgullosos”, dijo Daisy Ridley, que interpreta a la heroína Rey, en una conferencia de prensa cerca de Los Ángeles.
Es un tema que, en medio de las espectaculares batallas espaciales y enfrentamientos entre el bien y el mal que caracterizan a la franquicia, el director JJ Abrams no quería dejar pasar.
“Vivimos en un mundo loco, un tiempo de locura... (El mensaje) es sobre comunidad, los desamparados, se trataba de reunir a la gente y ver representados a todos los diferentes”, señaló. “Y en el caso de la comunidad LGBTQ, era importante para mí que la gente que va a ver esta película sienta que está siendo representada”.
Pero fanáticos de la cinta y miembros de la comunidad LGBTQ se han quejado por la falta de personajes gays o trans en las películas.
“No creo que debamos aceptar el mínimo absoluto de representación de Disney”, dijo a la AFP la escritora de cultura pop Kayleigh Donaldson.
“Química flagrante”
Billy Dee Williams, que regresa como Lando Calrissian, encendió brevemente las redes luego que dijera en una entrevista que se ve a sí mismo como femenino y masculino, y que utiliza “él mismo” y “ella misma”, pero luego aclaró que no era no-binario, y que no sabía lo que significaba el término.
“Muchas de las reacciones positivas provenían de los fanáticos más jóvenes de Star Wars”, destacó Donaldson. “Tenemos toda una generación de consumidores potenciales, para usar ese horrible término, cuyo nivel básico de expectativa es: diversidad total o nada”.
Debido a la química entre el soldado renegado Finn (John Boyega) y el pícaro piloto Poe (Oscar Isaac), muchos fanáticos están en campaña desde 2015 con El despertar de la Fuerza para que los dos personajes encarnaran la primera relación homosexual de Star Wars.
Pero Isaac derribó esas esperanzas a regañadientes en una entrevista con Variety a principios de este mes.
“Personalmente, esperaba y deseaba que tal vez eso se hubiera desarrollado en las otras películas, pero no tengo control”, dijo Isaac. “Parecía una progresión natural, pero lamentablemente es un momento en el que la gente tiene demasiado miedo de.... No sé de qué”.
Es un giro que tal vez sea demasiado para el tradicionalmente conservador Disney, pero Abrams insinuó que la película tendrá alguna representación LGBTQ, expresando su deseo de que el elenco luzca “más como se ve el mundo que como no”.
Pero muchos fanáticos se rehúsan a hacerse demasiadas expectativas.
James Whitbrook, columnista de Gizmodo, se lamentaba de las “migajas” que tuvo la comunidad queer en Avengers: Endgame por ejemplo, dado que el primer personaje gay de las películas de Marvel apareció solo durante unos segundos fugaces.
Otros han tachado a Disney de “cobarde” en redes sociales, acusando a la empresa de complacer a los censores de mercados más conservadores como China.
En la rueda de prensa, Boyega e Isaac bromearon con que sus personajes compartían un jugoso “bromance” (un término en inglés para referirse a un vínculo afectivo intenso, no-sexual, entre dos hombres, mayor al de la amistad). Boyega agregó que la “química es flagrante”.
Tal vez falte un poco para ver algo así en pantalla, pero la Fuerza parece apuntar hacia el cambio.
“Si Star Wars no puede hacerlo, no sé entonces quién”, dijo Abrams.