La Fundación Cartier expone, del 14 de octubre al 24 de febrero, obras de figuras de proa del arte latinoamericano, como la del pintor uruguayo Joaquín Torres García (1874-1949), de la escultora venezolana Gego (1912-1994) y del arquitecto Freddy Mamani (1971), llamado el “Gaudí andino”.
Pero, sobre todo, concede un espacio relevante a las elaboradas por culturas indígenas, entre las que destacan telas, máscaras o cerámicas inspiradas en las culturas Calima (Colombia), Valdivia (Ecuador), de Kadiwéu y Wauja (Brasil) y de Ayoreo y Nivaklé (Paraguay), entre otras.
Dos pueblos amenazados por la deforestación en Paraguay, los Ayoreo y Nivaklé, se reivindican con sus geométricas y coloridas creaciones en fibras vegetales extraídas de la planta del caraguatá.
También de Paraguay se exponen las misteriosas máscaras en madera esculpida de los Chiriguano-Guaraní.
Para el comisario de la muestra, Alexis Fabry, la notable presencia paraguaya en la muestra, que compite con Brasil en número, se debe a que “es una región del mundo que se conoce menos”.
“Nuestro espacio no es infinito y el tema que tratamos es muy vasto. Había que hacer elecciones concretas”, agregó.
“Uno de los puntos fuertes es la oscilación entre la alta cultura y la cultura popular y entre lo local y lo universal”, dijo a EFE uno de los comisarios de la muestra Alexis Fabry.
Cerámica, tela, papel o madera son algunos de los soportes que se encuentran entre las casi 250 obras firmadas por más de 70 autores. Ocupan un importante espacio en la muestra las piezas textiles, como las de la colombiana Olga de Amaral, que en su vertiginosa e imponente obra “Brumas” (2013) rinde tributo al arte indígena con una combinación de yeso, algodón y pintura acrílica.
“Geometrías del Sur, de México a la Tierra de Fuego” también se vuelca en las pinturas de las mujeres Kadiwéu, retratadas en fotografías de inicios del siglo XX, periodo en el que el antropólogo francés Claude Lévi-Strauss (1908-2009) realizaba sus célebres estudios sobre los pueblos indígenas.
“Los rostros (de las Kadiwéu), incluso en ocasiones sus cuerpos enteros, están cubiertos de una red de arabescos asimétricos alternando motivos de una geometría sutil”, describía Lévi-Strauss en un extracto sacado de su célebre libro “Tristes Trópicos” (1956) y expuesto en la muestra.
Otros dos espacios están consagrados a dos figuras del arte contemporáneo de Latinoamérica: la escultora venezolana Gego y el arquitecto boliviano Mamani.
Las estructuras etéreas y laberínticas en hilos de hierro de Gego, la artista nacida en Alemania con el nombre Gertrud Goldschmit que se mudó a los 27 años a Venezuela, dialoga con el extravagante salón de fiestas creado expresamente para esta muestra por Mamani, impulsor de la arquitectura andina.
También trabajos fotográficos como los del mexicano Armando Salas Portugal (1916-1995) recuerdan que, dependiendo de cómo sean retratadas, las siluetas de los impersonales rascacielos de las grandes urbes pueden llegar a evocar las formas geométricas más ancestrales.