La pieza de Gustave Klimt saldrá a la venta el próximo 24 de abril en la casa de subastas vienesa im Kinsky.
El ‘Retrato de la señorita Lieser’ ha sido valorada en entre 30 y 50 millones de euros pero Michael Kovacek, gerente de esa institución, ha asegurado a la agencia APA que el precio final podrían rondar los 70 millones de euros (75 millones de dólares).
Muchos misterios
La pieza está rodeada de numerosos misterios.
Es bastante seguro que Klimt comenzó a trabajar en ella en mayo de 1917, nueve meses antes de su muerte, por encargo de algún miembro de los Lieser, una familia de grandes industriales judíos del entonces Imperio Austro-Húngaro, que sufrieron posteriormente el expolio nazi.
“El ‘Retrato de la señorita Lieser’ es uno de los últimos cuadros que Klimt pintó poco antes de morir”, explica hoy a EFE la responsable de prensa de la casa de subasta, Valerie Gaber.
De hecho, el fondo de la pieza, no así la figura femenina, quedó sin terminar a la muerte del pintor, y fue devuelta así a sus propietarios.
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No se sabe con certeza quién es la modelo. Durante mucho tiempo se pensó que quien posó en el estudio vienés de Klimt fue Margarethe Constance, hija de Adolf Lieser. Pero también es posible que represente a una de las hijas de Lilly Lieser, cuñada de Adolf.
Existe una foto en blanco y negro del retrato, tomada en 1925 como parte de los preparativos de una exposición, en la que simplemente se señala que la propietaria del cuadro es la "señora Lieser" y una dirección de Viena donde se sabe que vivió Lilly Lieser.
Paradero desconocido
A partir de ahí, se pierde la pista del paradero exacto de la pieza. De hecho, no se sabe con seguridad si el retrato llegó a formar parte de esa exposición, que se celebró en 1926, según señala Gaber.
Lilly, que fue una entusiasta mecenas de pintores y músicos y amiga de la compositora Alma Mahler, sufrió el robo y el expolio de sus propiedades por parte de los nazis cuando Austria se unió al Reich alemán en 1938.
En 1942 fue deportada y asesinada en un campo de exterminio. Sus hijas lograron escapar de Austria y, tras la II Guerra Mundial, reclamaron la restitución de los bienes de su madre, pero el cuadro no se menciona en ese expediente, ni hay constancia de que saliera nunca del país.
"Por lo tanto, no hay pruebas de que la obra fuera saqueada, robada o incautada ilegalmente, ni antes ni durante la II Guerra Mundial", afirma la casa de subastas en su catálogo sobre la pieza.
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Ese documento indica que el cuadro volvió a "estar en el mercado" en algún momento indeterminado entre 1925 y mediados de la década de 1960, cuando se localiza en el salón de una mansión privada cerca de Viena.
El actual propietario, cuya identidad no se ha revelado, y que lo ha entregado para subastarlo, ha explicado que recibió la pieza como parte de una herencia de unos parientes lejanos.
Los análisis realizados al cuadro muestran que está en un estado casi perfecto y que Klimt apenas realizó modificaciones mientras lo pintaba.
Klimt sigue siendo uno de los artistas más cotizados. En junio de 2023 su ‘Dama con Abanico’, el último retrato que pintó, se vendió por 99,2 millones de euros (107,5 millones de dólares), y se convirtió en la obra de arte más cara vendida nunca en Europa.