En el primer examen científico de los últimos 25 años, los investigadores no han podido descubrir la identidad real de la modelo del cuadro, subrayó la directora del Mauritshuis, Martine Gosselink, quien reconoció que no se sabe “si realmente existió, aunque sí estamos más cerca de ella, lo que hace que sea más personal”.
Los investigadores han analizado esta pintura en busca de nuevos datos sobre el uso de pigmentos, el tipo de pintura, y la forma en la que Vermeer “construyó” este cuadro usando diferentes capas.
En una microfotografía digital en 3D del ojo de la joven protagonista las pestañas son prácticamente invisibles, pero un escáner fluorescente de macrorrayos X (MA-XRF) muestra que Vermeer sí dibujó pelos alrededor de los ojos con una pintura marrón, aunque la punta de las pestañas es apenas visible debido al fondo oscuro descolorido.
Uno de los hallazgos más subrayados es el fondo: no es simplemente un espacio oscuro vacío, como siempre se había pensado, sino que Vermeer pintó a la joven delante de una cortina verde, algo que se puede apreciar mejor con las técnicas no evasivas de escaneo de la imagen, que muestran líneas diagonales y variaciones de color, que sugieren la existencia de una tela doblada en la esquina superior derecha de la pintura.
“La cortina ha desaparecido a lo largo de los siglos como resultado de cambios físicos y químicos en la pintura verde translúcida”, subrayaron los investigadores durante la presentación de los resultados.
La investigación se inició principalmente para tratar de descubrir quién fue, en la vida real, la “Joven de la perla”, pero la directora del Mauritshuis, Martine Gosselink, reconoció que con este estudio tampoco se ha podido “saber quién fue esta joven, y si realmente existió”. EFE