Amy Winehouse había devuelto el alma a la música soul cantando adicciones y desesperación con una voz salida de lo más profundo de sus entrañas: más que simples canciones para la "diva trash" , hallada muerta este sábado a los 27 años tras un largo descenso a los infiernos."Intentaron enviarme a una cura de desintoxicación y dije no, no, no" , el estribillo de su canción más famosa, "Rehab" , suena ahora como un epitafio.
Sin embargo, las fotografías de infancia de la inglesa muestran a una adolescente sana y sonriente, con el rostro enmarcado en largos rizos negros.
Nacida el 14 de septiembre de 1983 de padre taxista y madre farmacéutica, Amy Winehouse creció en el norte de Londres en el seno de una familia judía en la que el jazz era el rey.
Su padre, que seguía muy de cerca su carrera, era un gran aficionado y sus tíos maternos músicos profesionales.
Cuando tenía unos 10 años, la joven Amy formó un dúo de rap con su mejor amiga. A los 13 años le compraron su primera guitarra y empezó a cantar soul.
Más tarde, entró en la "Brit School for Performing Arts and Technology" , una muy selectiva escuela londinense de las artes escénicas de la que también salieron The Kooks, Katie Melua o Adele.
Con apenas 20 años, publicó su primer álbum "Franck" . Los británicos cayeron bajo el encanto de su voz grave, a la que su acento popular londinense daba un toque de autenticidad y de originalidad adicional.
Pero, mientras se vislumbra una prometedora carrera de cantante popular, Amy Winehouse se muestra rápidamente como un enfant terrible de la música soul.
Gran bocazas, no duda en tildar a Madonna de "vieja pasada de moda" . Y en 2006, interrumpe un largo alegato humanitario a Bono, el cantante de U2, con un "cállate, no nos importa" .
Aparece con regularidad en los escenarios y en los programas de televisión a los que es invitada demasiado borracha para cantar.
En 2006, sus mánagers le aconsejan que entre en una clínica de desintoxicación para tratar sus problemas con el alcohol. Pero la cantante prefiere despedirlos y transformar sus súplicas en una canción: "Rehab" .
El tema, que se convierte en un éxito planetario, es la cabecera de sus segundo álbum, "Back to black" ("retorno al negro") , producido por Mark Ronson.
Desesperación, soledad, adicciones, autodesprecio y burla, son los elementos con los que Amy Winehouse crea sus textos desgarradores y crudos, a contracorriente de las canciones calibradas para pasar fácilmente en la radio.
Sin embargo, el álbum es un éxito mundial y la cantante con imagen de Betty Boop trash logra cinco premios en los prestigiosos Grammys estadounidenses.
Con su imagen inimitable, los brazos tatuados como un camionero, los ojos rebosantes de rímel y peinada con un inmenso e inconfundible moño alto, se vuelve inevitable e incluso inspira al modisto Karl Lagerfeld para un desfile de Chanel.
Pero entonces comienza su descenso a los infiernos. Los tabloides publican con regularidad fotos de la cantante desmejorada, delgada, o bajo los efectos de un reciente consumo de droga o de alcohol. También relatan hasta el más mínimo sobresalto en la relación con su marido, Blake Fielder-Civil.
Sus apariciones en el escenario se vuelven caóticas, cuando no son simple y llanamente anuladas.
"Soy una persona muy poco segura de mí misma. Tengo muchas dudas sobre mi apariencia (...) cuanto más dudo, más bebo" , admite en una entrevista.
Tras meses sin rumbo, Amy Winehouse intentó volver a los escenarios este verano, con conciertos previstos en varios festivales europeos, entre ellos el BBK Live de Bilbao (norte de España) .
Pero, demasiado borracha para cantar, fue abucheada en su primera aparición en Belgrado y tuvo que anular toda la gira.
Sin embargo, las fotografías de infancia de la inglesa muestran a una adolescente sana y sonriente, con el rostro enmarcado en largos rizos negros.
Nacida el 14 de septiembre de 1983 de padre taxista y madre farmacéutica, Amy Winehouse creció en el norte de Londres en el seno de una familia judía en la que el jazz era el rey.
Su padre, que seguía muy de cerca su carrera, era un gran aficionado y sus tíos maternos músicos profesionales.
Cuando tenía unos 10 años, la joven Amy formó un dúo de rap con su mejor amiga. A los 13 años le compraron su primera guitarra y empezó a cantar soul.
Más tarde, entró en la "Brit School for Performing Arts and Technology" , una muy selectiva escuela londinense de las artes escénicas de la que también salieron The Kooks, Katie Melua o Adele.
Con apenas 20 años, publicó su primer álbum "Franck" . Los británicos cayeron bajo el encanto de su voz grave, a la que su acento popular londinense daba un toque de autenticidad y de originalidad adicional.
Pero, mientras se vislumbra una prometedora carrera de cantante popular, Amy Winehouse se muestra rápidamente como un enfant terrible de la música soul.
Gran bocazas, no duda en tildar a Madonna de "vieja pasada de moda" . Y en 2006, interrumpe un largo alegato humanitario a Bono, el cantante de U2, con un "cállate, no nos importa" .
Aparece con regularidad en los escenarios y en los programas de televisión a los que es invitada demasiado borracha para cantar.
En 2006, sus mánagers le aconsejan que entre en una clínica de desintoxicación para tratar sus problemas con el alcohol. Pero la cantante prefiere despedirlos y transformar sus súplicas en una canción: "Rehab" .
El tema, que se convierte en un éxito planetario, es la cabecera de sus segundo álbum, "Back to black" ("retorno al negro") , producido por Mark Ronson.
Desesperación, soledad, adicciones, autodesprecio y burla, son los elementos con los que Amy Winehouse crea sus textos desgarradores y crudos, a contracorriente de las canciones calibradas para pasar fácilmente en la radio.
Sin embargo, el álbum es un éxito mundial y la cantante con imagen de Betty Boop trash logra cinco premios en los prestigiosos Grammys estadounidenses.
Con su imagen inimitable, los brazos tatuados como un camionero, los ojos rebosantes de rímel y peinada con un inmenso e inconfundible moño alto, se vuelve inevitable e incluso inspira al modisto Karl Lagerfeld para un desfile de Chanel.
Pero entonces comienza su descenso a los infiernos. Los tabloides publican con regularidad fotos de la cantante desmejorada, delgada, o bajo los efectos de un reciente consumo de droga o de alcohol. También relatan hasta el más mínimo sobresalto en la relación con su marido, Blake Fielder-Civil.
Sus apariciones en el escenario se vuelven caóticas, cuando no son simple y llanamente anuladas.
"Soy una persona muy poco segura de mí misma. Tengo muchas dudas sobre mi apariencia (...) cuanto más dudo, más bebo" , admite en una entrevista.
Tras meses sin rumbo, Amy Winehouse intentó volver a los escenarios este verano, con conciertos previstos en varios festivales europeos, entre ellos el BBK Live de Bilbao (norte de España) .
Pero, demasiado borracha para cantar, fue abucheada en su primera aparición en Belgrado y tuvo que anular toda la gira.