Lanzada en 1999, “American Pie” confirmó el apetito del público por la comedia “clase R” estadounidense, es decir las prohibidas a los menores de 17 años que no estén acompañados de un adulto.
El filme, célebre por una escena de Jason Biggs con una tarta de manzana, dio entonces lugar a otras dos ediciones. La trilogía amasó más de 700 millones de dólares en todo el mundo.
Universal, el estudio productor de la franquicia, luego declinó la serie -tras dos secuelas para cine- en películas directamente destinadas al mercado del video, antes de convocar al alocado equipo para “American Reunion”, que sale el viernes en Estados Unidos y entre abril y mayo en Latinoamérica y España. No obstante, en lugar de recurrir a los autores de las primeras obras, Universal prefirió darle la dirección a sangre nueva y confió el filme a Jon Hurvitz y Hayden Schlossberg, creadores de las comedias “Harold y Kumar” , también “clase R”.
Tomar el volante de una popular franquicia en marcha no fue para ellos ningún problema. “Somos grandes fans de ’American Pie’”, explicó Jon Hurvitz en la presentación de la cinta a la prensa, en Beverly Hills. “Estábamos en la universidad cuando salió y la veíamos una y otra vez. Por eso conocíamos bien la franquicia y a sus personajes”.
¿Pero, cómo justificar en el guión la reunión de todos los personajes 13 años después de sus primeras aventuras? “Eso fue claramente un desafío”, respondió Hurvitz. “Pero una reunión de exalumnos era el concepto perfecto para juntar al grupo y darle a cada uno una historia y una oportunidad para destacar”.
Reaparece entonces la banda de amigos, convertidos en treintañeros un poco decepcionados de sus vidas personales y profesionales, pero decididos a aprovechar la reunión de ex alumnos para reencontrar sus emociones adolescentes. Antes de descubrir que, tal vez, ya no tienen la edad para eso.
La dominicana Dania Ramírez, quien representa a Selena en el filme, aseguró que para sus colegas la película también fue una oportunidad para la nostalgia: “Fue como una reunión para ellos mismos”.
Después del último “American Pie”, en 2003, los actores “se casaron, tuvieron hijos, hubo una separación natural”, dijo la actriz de 32 años. “Para ellos también, entonces, fue una película bien linda porque pasaron mucho tiempo juntos después de muchos años sin verse”.
Ramírez es el único personaje nuevo de la cinta y aporta un toque hispano que estaba ausente en las primeras entregas, pero que hoy en día es ineludible en Hollywood. “Eso dice algo de Hollywood, pero también de lo que representamos los latinos en este país. Va a ser importante para Hollywood involucrar a más personajes latinos en todo lo que hacen”, aseguró.
Los estudios, de hecho, buscan cada vez más seducir al público hispanoamericano, que es el más aficionado al cine en Estados Unidos. “Mi personaje, en la historia (...), era como el patito feo que creció y se volvio una mujer más bonita”, explicó la actriz que encarnó a Callisto en “X-Men: La Batalla Final”.
“Me identifiqué bastante con la primera película porque todos hemos pasado por esa etapa en la secundaria: estamos creciendo, entendiendo quiénes somos como personas, la forma en que queremos vernos”.
En el panorama de la comedia “trash” en constante desarrollo -como “¿Qué Pasó Ayer?” y “Damas en Guerra"-, esta versión de “American Pie” luce más bien sabia, aunque la película tiene su reglamentaria porción de bromas soeces, desnudos frontales y referencias escatológicas. Sus autores afirman que no quisieron hacer apología de la vulgaridad. “Todos los directores de comedia se enfrentan hoy a esa pregunta: ’¿Hasta dónde se puede llegar?’ Y pienso que las únicas que llegan demasiado lejos son las películas malas”, dijo Hayden Schlossberg.