De esa primera función, que se debió suspender por algunos días debido a problemas en el suministro de la energía eléctrica, se tienen precisos conceptos del comportamiento del público principalmente en los sectores más populares del paraíso, con griteríos y broncas debido a algunos cortes en la proyección.
Los títulos exhibidos entonces, a un lustro de las célebres funciones en París cuando los hermanos Lumiére presentaron sus primeras películas, eran de escaso valor artístico y en los periódicos de la época se pueden encontrar frecuentes referencias a funciones con gran aceptación de público. Siempre fueron en el Teatro Nacional, actualmente en pleno proceso de puesta en valor.
Entre 1913 y 1929 recorrió casi la totalidad del llamado Gran Chaco sudamericano el explorador y barón belga Robert de Wavrin, quien en pleno periodo del cine mudo produjo cortos referidos al Paraguay, títulos actualmente perdidos, pero de cuya existencia conocemos gracias a los archivos de la Real Cinemateca de Bruselas.
Es de esperar que no pasen más de 100 años para que la incipiente cinematografía guaraní tenga mejores días.